El fiscal del crimen del prestamista Cabral: «Lo mataron a traición tras beber vino con él»

VIGO

La acusación insiste en que las antenas de telefonía sitúan a los implicados en el barrio a la hora del asesinato

28 nov 2013 . Actualizado a las 14:28 h.

El fiscal del crimen del sacho de Cabral concluyó esta mañana ante el jurado que los dos acusados, el constructor arruinado José Manuel C.B. y su guardaespaldas José Alejandro G.T., mataron de once golpes al prestamista José Guerra Vidal, a quien el empresario debía 3.000 euros. «Lo mataron tras beber vino con él en su casa y pasar a las conejeras. La víctima entró confiado a dar de comer a los animales y lo mataron a traición. No tuvo tiempo a reaccionar, el primer golpe lo dejó grogui y ellos estaban en superioridad», reprochó la acusación pública.

El fiscal insiste en que el constructor mintió al decir que él y su ayudante estaban en un bar de O Calvario a las 19.15 horas del 23 de agosto del 2010 porque una señal de antena sitúa al autónomo en el barrio donde ocurrió el crimen cuando llama a su mujer. «Ellos fueron los últimos en ver con vida a José Guerra», dijo.

La Fiscalía también se basa en las declaraciones del segundo acusado, que aunque no quiso declarar en el juicio, sí lo hizo durante la investigación. Alejandro admitió que fueron dos veces ese día a la casa de la víctima a comprarle conejos, lo que se contradice con el empresario, que lo niega todo.

El fiscal también recalcó que el constructor y su ayudante, un hombre fornido, se dedicaban a cobrar deudas y que incluso planearon encerrar a un moroso en una nave hasta que pagase. Los dos estaban en situación precaria por la crisis del ladrillo y José Manuel incluso recargó el móvil con 5 euros a su ayudante y le prestó 50 euros tras el crimen. «Alejandro era el sicario de José Manuel, su guardaespaldas, su cobrador de deudas», dijo el fiscal.

Excluido el familiar

La acusación pública también excluyó al nietastro como posible sospechoso pues tiene coartada porque condujo su camión hasta una hora después del crimen. Y lanzó una advertencia al jurado: «Al nieto nadie le puso cara en este juicio porque no tiene nada que ver, ha sido un fantasma que sobrevoló esta sala». La defensa ha intentado sembrar dudas con las rencillas que tenían ambos familiares pero el fiscal recuerda que la policía registró la casa del nietrastro y no halló la menor prueba incriminatoria.

La acusación se centra en el constructor y su sicario: «Ellos tenían intención de matarlo, lo prueban los golpes contundentes que le dieron. Los dos acusados se necesitaban entre sí, son cooperadores, ambos aceptaron el plan. Si uno hubiese avisado a un médico, se habría salvado, pero lo dejaron agonizar. Fue una muerte alevosa y a traición».

Recuerda que pudieron usar guantes o limpiar y por eso no aparecieron huellas. «Esto no es como las películas del CSI que metes la mancha en la batidora y ya te sale el ADN. No había ADN ni de la propia víctima ni en el pelo y sólo positivo en tres uñas», explicó al jurado. Recordó que en el crimen de Marta del Castillo hubo condena sin haber encontrado el cadáver de la joven.

Durante el resto de la mañana expusieron su informe la abogada de los 2 hijos del prestamista, de 76 años, que recuerda que tras el crimen los abogados saldaron tres deudas pendientes. Dice que la defensa aplicó la teoría del ventilador al apuntar como sospechoso al nieto.

Las defensas de los dos acusados, que mantienen su inocencia. Luego, el jurado se retirará a deliberar antes de leer su veredicto.