Edurne Sendra, Sofía Calvo y Keila Pousa se han embarcado en un proyecto con mucho futuro. Es lo que piensan los técnicos de la Zona Franca, que han incluido su proyecto de embutido vegetal en la nómina de los 10 en los que están dispuestos a invertir. Llevaban mucho tiempo dándole vueltas a la idea, que decidieron impulsar con fuerza cuando dos de ellas se quedaron en paro.
Amantes de la gastronomía, querían recuperar recetas tradicionales de la cocina gallega en las que los productos vegetales tuvieran un destacado protagonismo. Así fue como terminaron inventando el chorizo vegetariano. «Probamos varias hortalizas, y la que mejor respondió al proceso de secado, curación y ahumado fue la calabaza. De hecho, si está cocinado, no se distingue del chorizo de cerdo», asegura Edurne, que prefiere guardar el secreto tanto de la receta como de la variedad concreta de calabaza que utilizan -«nos llevó un tiempo dar con la idónea»- hasta que no formalicen la patente. «Es el siguiente paso», dice.
Reconoce que lo que tienen que trabajar un poco más es la textura, ya que al utilizar aceite de oliva en lugar de tocino, «hay que ajustar algunos detalles».
Explica que ser uno de los proyectos que pasan a la final de Vía Vigo supone un empuje «muy importante. Nos va a dar la visibilidad que necesitamos».