El fiscal pide dos años y medio de cárcel para un vecino por los incidentes en la rotonda de Coia
04 feb 2015 . Actualizado a las 09:24 h.Aunque el conflicto ha entrado en una fase de aparente distensión, los opositores siguen vigilando el Bernardo Alfageme en su grada de un astillero de Bouzas. Precisamente, el pasado lunes se produjo un revuelo al confirmarse que estaba siendo trasladado, pero las aguas volvieron a su cauce al comprobar que simplemente se estaba moviendo de grada dentro del recinto por necesidades de la factoría.
Por parte municipal, el alcalde y sus concejales esperan la ocasión propicia para llevarlo a la rotonda aunque guardan absoluto mutismo. No dan ninguna pista, pero cuando se le pregunta por ello Caballero insiste en que irá a Coia «en el momento oportuno». En el campo contrario, en los últimos días se han suspendido las concentraciones de protesta tras dos meses de constante movilización.
La fecha que dio inició al mayor conflicto social de la ciudad en los últimos años es el 4 de diciembre. Ese día, todavía de madrugada, docenas de vecinos ocuparon la rotonda y obligaron a los obreros de Civis Global a paralizar su actuación y a llevarse la maquinaria. Pese a varios intentos, los trabajos quedaron interrumpidos hasta que la madrugada de navidad el Concello recuperó la rotonda aprovechando un festivo tan señalado.
Posteriormente, operarios municipales vallaron el recinto y la Policía Local estableció un dispositivo de vigilancia permanente. Dentro siguieron los trabajos hasta dejar el recinto listo para recibir el barco, pero todavía no se ha dado la orden.
Los incidentes que se han producido en la rotonda de Coia por el rechazo vecinal a la colocación del barco Bernardo Alfageme, como pretende el alcalde y el gobierno municipal, pueden tener graves consecuencias para algunos de los implicados. Según acaba de saberse, el fiscal pide para el primero de los detenidos, un parado al que se acusa de atentado y lesiones a un agente municipal, dos años y seis meses de cárcel junto con una indemnización de 1.240 euros. Como la petición supera los dos años de prisión, en caso de ser condenado es seguro su ingreso en la cárcel.
La petición ha conmocionado a los colectivos que se oponen a la instalación del barco, lo que en realidad supone un rechazo a la política social del gobierno municipal de Abel Caballero. Destacaban ayer que el fiscal se ha situado en la banda alta de lo previsto en el Código Penal (de dos a cinco años), con las consecuencias que ello puede tener.
Por otra parte, se ha rechazado por extemporánea la petición del agente lesionado para convertirse en acusación particular.
El juicio por estos hechos tendrá lugar el próximo 11 de febrero en el juzgado de lo Penal número 2 tras retrasarse una semana la vista que había sido fijada para hoy. Será el primero ya que posteriormente hubo dos detenciones más por motivos similares.
En la vigilancia de la rotonda de Coia el alcalde ha empleado la sección especial de la Policía Local conocida como GOA (grupo operativo de apoyo), mientras que el Cuerpo Nacional de Policía ha comparecido en contadas ocasiones y nunca llegó a intervenir. Fueron siempre agentes del GOA los que desalojaron la rotonda, utilizando, según los afectados, modos violentos contra vecinos pacíficos, lo que ellos niegan.
El «Alfageme», listo en Cardama
Aunque el conflicto ha entrado en una fase de aparente distensión, los opositores siguen vigilando el Bernardo Alfageme en su grada de un astillero de Bouzas. Precisamente, el pasado lunes se produjo un revuelo al confirmarse que estaba siendo trasladado, pero las aguas volvieron a su cauce al comprobar que simplemente se estaba moviendo de grada dentro del recinto por necesidades de la factoría.
Por parte municipal, el alcalde y sus concejales esperan la ocasión propicia para llevarlo a la rotonda aunque guardan absoluto mutismo. No dan ninguna pista, pero cuando se le pregunta por ello Caballero insiste en que irá a Coia «en el momento oportuno». En el campo contrario, en los últimos días se han suspendido las concentraciones de protesta tras dos meses de constante movilización.
La fecha que dio inició al mayor conflicto social de la ciudad en los últimos años es el 4 de diciembre. Ese día, todavía de madrugada, docenas de vecinos ocuparon la rotonda y obligaron a los obreros de Civis Global a paralizar su actuación y a llevarse la maquinaria. Pese a varios intentos, los trabajos quedaron interrumpidos hasta que la madrugada de navidad el Concello recuperó la rotonda aprovechando un festivo tan señalado.
Posteriormente, operarios municipales vallaron el recinto y la Policía Local estableció un dispositivo de vigilancia permanente. Dentro siguieron los trabajos hasta dejar el recinto listo para recibir el barco, pero todavía no se ha dado la orden.