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Víctor Ullate pone en el siglo XXI el ballet «El amor brujo»

La Voz

VIGO

Los bailarines principales de esta obra son Marlén Fuerte y Josué Ullate

16 ene 2016 . Actualizado a las 04:00 h.

El ballet de Víctor Ullate presenta en el Teatro Afundación, a las 20.30 h, una versión renovada de El amor brujo, pero que mantiene la esencia de la gran obra de Manuel de Falla. Esta nueva producción, que revisa la pieza que estrenó en 1994 Víctor Ullate en la Maestranza de Sevilla, ha incorporado una nueva escenografía y vestuario para dar un mayor protagonismo a la luz (el fuego fatuo), que está presente en toda la trama.

Aquel primer montaje se ha modernizado, hay novedades en las coreografías ideadas por Ullate, que han sido retocadas y renovadas en un montaje exquisito que redondea mucho más la versión inicial. Desde el punto de vista musical, en esta versión se lleva a cabo una apuesta rompedora con la inclusión del grupo de dark ambience In Slaughter Natives, que se suma a los efectos musicales creados por Luis Delgado para la versión original. «Hay partes que no tienen nada que ver con lo que hice en la época. Por ejemplo, toda la parte de la Pitonisa ha cambiado. Tiene más acción; es más teatral. También hay una puesta en escena distinta. Solo dejé lo que consideré que estaba muy bien hecho», explica Víctor Ullate.

El amor brujo, escrita por Falla a principios del siglo XX, tiene un marcado carácter andaluz y ahonda en el misticismo gitano, acercándose al amor en su forma más primitiva y esencial. La obra cuenta la historia de Candela, una muchacha gitana cuyo amor por Carmelo se ve atormentado por el espectro de su antiguo amante. Una historia de amor y pasión, de lágrimas y desconsuelo, de brujería y seducción, de muerte y de mucha danza.

Víctor Ullate contó para los principales bailarines con Marlén Fuerte y su hijo Josué Ullate. «Ella es una bailarina única que conjuga pasión, fuerza, amor y un amplio abanico de interpretación», dice de la primera bailarina. «Él es un chico nacido para bailar, tiene un físico extraordinario, y un peso enorme en el escenario», afirma para referirse a su hijo, el primer bailarín de esta obra.