Hemeroteca, enero de 1993 | La parroquia de Valadares acogía toneladas de basura sin control ni seguridad
25 ene 2016 . Actualizado a las 09:35 h.Durante veinte años, O Zondal, en la parroquia de Valadares, acogió el vertedero municipal de las basuras de Vigo. Así hasta finales de los años noventa. Miles de toneladas diarias se iban amontonando sin ningún tipo de control ni seguridad.
En enero del años 1993, el gobierno municipal, encabezado por Carlos González Príncipe, valoraba la posibilidad de explotar económicamente la extracción de gas del subsuelo de este lugar. Una iniciativa similar se estaba realizando en Asturias desde 1986. El objetivo del gobierno era producir energía eléctrica, siempre que fuera rentable.
Se calculaba que entonces Vigo producía 350 toneladas diarias de residuos, una tercera parte del vertedero asturiano. Según se explicaba entonces, la rentabilidad no se basaba únicamente en el tonelaje sino también en la altura, que en Vigo era de 120 metros, y las condiciones climáticas.
El estudio de desgasificación de la empresa asturiana contemplaba dos formas de explotación del vertedero. De alta densidad sin cubrición o de fermentación anaerobia con cubrición.
Estaba en Vigo ya entonces decidido el sellado, ya que la basura estaba previsto que se trasladase a la central de Cerceda, previo paso por la empacadora de Guixar.
El estudio de los técnicos facilitaría el posterior sellado. Permitiría dejar enterradas las canalizaciones necesarias para el transporte del gas hacia las zonas de quemado o para su aprovechamiento energético. La iniciativa conllevaba en todos los casos la construcción de unos pozo verticales o chimeneas de los que parten unas canalizaciones horizontales.
El proyecto evidentemente no se llevó a cabo. En las siguientes elecciones cambio el gobierno de la ciudad. Manuel Pérez concluyó el sellado del vertedero y, tras la revuelta de la empacadora de Teis, la basura abandonó Vigo a diario en tren, con destino a Cerceda. Hoy en día, donde se levantaba O Zondal es un prado verde. Claro que bajo aquellas hierbas siguen acumuladas toneladas de basuras, con sus lixiviados y líquidos nocivos.