

Los ciclistas hallan tres altares en una zona cercana de la senda donde un deportista sufrió una lesión por una trampa
18 mar 2016 . Actualizado a las 18:03 h.Unos ciclistas que recorrían un estrecho sendero de un monte de la parroquia de Valadares descubrieron tres altares de rituales supuestamente satánicos. Hallaron en una curva del camino forestal un «truculento» escenario adornado con cruces invertidas y salpicadas de sangre, una cabeza de conejo, patas de pollo, una recreación de las tumbas de un cementerio y dos muñecas de bebé colocadas bajo una cueva. Un manto blanco tenía inscrito un pentagrama invertido, asociado a ceremonias de brujería y magia negra en la que los oferentes conjuran los malos espíritus.
El hallazgo fue el pasado domingo, cuando el monte se llena de excursionistas. Todo apunta a que la ceremonia se había realizado ese mismo fin de semana porque el grupo de testigos pasan por allí frecuentemente y nunca habían visto nada igual. «No había llovido, todo era reciente, puede que llevase allí varios días, los objetos no estaban removidos por el viento, está claro que lo hicieron en días anteriores», dice uno de los ciclistas.
El campo ceremonial está situado en un cruce de caminos, bajando el monte Alba hacia la carretera, debajo del vertedero sellado de O Zondal y en dirección a San Andrés de Comesaña y Coruxo. Es un paraje poco frecuentado, alejado de las pistas forestales, sin viviendas en los alrededores. Por las cercanías solo pasa una carretera. La referencia que dan los testigos es un lugar próximo a la zona donde en septiembre del 2014 un ciclista sufrió lesiones medulares al tropezar con una peña colocada en medio del camino que, supuestamente, algún comunero pudo haber situado a modo de trampa, molesto por la presencia de cicloturistas en el monte. El ritual tenebroso añade más leyenda negra al entorno.
Los descubridores de los altares reaccionaron con sorpresa y se quedaron impresionados cuando se toparon los tres altares. No sabían si tomárselo en serio. Los deportistas, tras fotografiar los efectos hallados, siguieron su camino sin avisar a la policía, ya que no lo consideraron un hecho relevante.
El primer altar consta de un mantel, una cruz invertida con la inscripción latina Rip, patas de pollo, una cabeza de conejo, dos colas de animal y una botella de vino vacía. El segundo escenario ceremonial simula un cementerio con lápidas y cruces, decorados con inscripciones funenarias y dibujos de calaveras, y varias antorchas clavadas en el suelo.
En el tercer espacio ritual, aparecieron dentro de una cueva dos muñecas de bebé recubiertas con una caja de plástico. A sus pies, había patas de gallo, cirios y una cruz clavada en el suelo.
«No tuvimos miedo porque no sé si esto es un chiste o una broma, parece cosa de vudú con todas esas velas y muñecas colocadas en la cueva. Pasamos al mediodía y nos hizo gracia pero si esto lo ves por la noche sí que pasarías miedo», afirma un ciclista, que prefirió guardar el anonimato.