
La empresa concesionaria prometió a los vecinos realizar una musealización
07 nov 2016 . Actualizado a las 10:15 h.«Polo menos a fortaleza non a tocaron», afirma uno de los vecinos de Rande que siguen con atención el desarrollo de las obras de ampliación del puente. El interés del vecindario se centra en la protección del último vestigio físico de la batalla de 1702, el castillo que cerraba el estrecho de Rande por la parte sur de la ría.
Desde el momento en que se supo que el puente iba a ser ampliado, varios colectivos de la zona, especialmente la Asociación Deportiva e Cultural de Rande, activaron todas las alarmas para evitar lo que aconteció cuando en los años setenta se construyó el puente. Entonces, y a pesar de que todos los castillos en España eran considerados bienes de interés cultural, la empresa constructora de la infraestructura no dudó en endiñarle un golpe casi mortal a la fortaleza, situando dentro de la misma uno de los pilares que sustentan el puente.
«Nós estamos facendo un seguimento das obras, visitándoas todas as semanas», explica Juanjo Comesaña. «Incluso a muralla que da ao mar, está totalmente recuperada», dice el activista vecinal.
Todos los colectivos vecinales incluidos en el consejo de seguimiento de la obra, están esperando que la empresa concesionaria del puente les convoque para explicar cuáles son sus siguientes pasos. Por su parte, la Consellería de Cultura no da ninguna información al respecto, a pesar de que este periódico ya se ha puesto en contacto con sus portavoces en dos ocasiones. «Non temos novidades deste tema», fue la respuesta de Patrimonio de la Xunta a la pregunta de si tenían información sobre los resultados de la excavación arqueológica realizada bajo el puente de Rande, en la zona del castillo, y si la empresa concesionaria de la autopista había presentado algún proyecto de recuperación de los restos o algo similar.
Los vecinos sí recibieron alguna promesa por parte de la empresa encargada de gestionar el puente. Una vez concluidas las obras, se encargaría de realizar algún tipo de musealización de los restos. Los vecinos sitúan estas intenciones, de momento, en el plano de la teoría. Sí sitúan en el plano de las victorias el hecho de que la empresa constructora se viese obligada a cambiar de ubicación dos pilares nuevos para evitar situarlos dentro de la superficie de la fortaleza.
Antes de tomar la decisión definitiva, la concesionaria de la autopista contrató a una empresa de arqueología para que delimitase la zona de afectación del castillo. Los vecinos no tienen noticias de que en la exploración arqueológica aparecieran restos hasta ahora desconocidos. Sí sirvió esta acción para señalar donde no podían ir colocados los nuevos pilares. En la actualidad, la excavación concluyó pero hay un seguimiento de las obras por parte de un arqueólogo.
Este castillo fue construido a mediados del siglo XVII, dentro de los planes de fortificación de la ría relacionados con las guerras contra Inglaterra y Portugal. Pero su momento bélico llegó en octubre de 1702, durante la batalla de Rande. Esta fortaleza fue artillada y defendida por varios cientos de soldados para hacer frente a la armada anglo-holandesa que amenazaba a una flota hispano-francesa recién llegada de América. Desde este castillo se tendió una cadena hasta el otro extremo del estrecho para evitar la entrada de los barcos enemigos. El castillo fue tomado por la infantería de Marina holandesa y destruido, como la flota que trataba de proteger.