La inminente entrada en vigor del ferri acaba con la cascada de ERE en Vulcano

Soledad Antón García
soledad antón VIGO / LA VOZ

VIGO

m. moralejo

Toda la plantilla trabaja desde enero en el buque, pendiente de que el Santander y Transmediterránea cierren el «tax lease»

19 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La plantilla de Vulcano cuenta los días para que, con la entrada en vigor del ferri, se oficialice la vuelta al trabajo en la factoría después de cinco años sin actividad. De forma oficiosa ya lo hizo con el arranque del año. «La luz verde es definitiva. Lo más importante, que es el dinero, ya está asegurado, solo falta cerrar algunos detalles finales relacionados con el tax lease», aseguran fuentes sindicales.

Es tal la seguridad de que el contrato suscrito por el Santander (es el propietario del casco), con Transmediterránea no tiene marcha atrás que han dado carpetazo definitivo a la cascada de expedientes de regulación de empleo (ERE) que comité y dirección han venido pactando desde que el astillero entró en concurso de acreedores en el 2011, trece en total. El último acabó el pasado 31 de diciembre, por lo que desde el 2 de enero los 87 trabajadores que quedan en nómina se han incorporado a sus puestos.

Fuentes sindicales confirman asimismo que las compras de material ya están planificadas y que ha habido contactos con la industria auxiliar para garantizarse la incorporación inmediata de la mano de obra necesaria para completar la construcción del buque, que proporcionará empleo a unas 400 personas en el interior de la factoría y al menos a otras 150 en talleres externos. El plazo de ejecución es de 14 meses.

Facilidades

El hecho de que el acuerdo alcanzado con Transmediterránea no implique realizar cambios sustanciales en la parte de máquinas y que las que ha solicitado en la parte de acomodación no revistan mayores problemas, no solo facilita el trabajo técnico, sino que no dispara la factura, cifrada en 60 millones de euros.

Vulcano se adjudicó el ferri, por el que pujó con varios astilleros nacionales, en el 2013, tras el cierre de Astilleros de Sevilla. La naviera noruega Viking Line se lo había encargado en el 2007, pero ante el retraso en la construcción, fruto de los problemas que ya vivía la factoría andaluza, canceló el contrato. Tres años y medio necesitó Vulcano para encontrar comprador. Durante ese tiempo fueron muchos las empresas armadoras que mostraron interés por el casco, hasta el punto de que la contratación llegó a estar apalabrada en un par de ocasiones, pero hasta el pasado mes de septiembre no terminó de concretarse.

La intención de Transmediterránea es destinar el buque a cubrir alguna de sus rutas entre la península y las islas Baleares. Con una eslora de 139 metros y 22 de manga, contará con capacidad para albergar a 1.500 pasajeros. En el diseño inicial figuraban 1.900 asientos, pero una de las modificaciones que ha solicitado la armadora es la habilitación de 52 camarotes dobles. La superficie destinada a vehículos supera los 2.500 metros cuadrados, de los que más de 600 estarán destinados a camiones y el resto a coches. En total, el ferri podrá albergar unos 400 vehículos.

Fuentes del comité subrayan que la entrada en vigor del ferri ayudará a realizar nuevas contrataciones, dado que «los potenciales clientes tendrán oportunidad de ver en directo cómo trabajamos, cosa que hasta ahora no podíamos hacer, y todos sabemos que en este negocio si no estás en activo no resulta nada fácil conseguir carga de trabajo», afirman.