El fotógrafo expone en la sala Apo?strphe un adelanto de su proyecto etnográfíco desde un punto de vista estético
01 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El fotógrafo vigués Xulio Gil realiza en la sala de arte Apo’strophe sala de arte (en el Centro Comercial Plaza Elíptica) un pequeño recorrido por su obra, desde sus desnudos de los 80, los petroglifos intervenidos y los Retablos esenciais donde pone el foco en elementos agrícolas de gran plasticidad, como la vid. Pero también presenta un adelanto de su proyecto Galaicos, que pretende actualizar la visión que ofrece el historiador griego Estrabón en sus textos sobre Gallaecia. El fotógrafo y profesor de matemáticas, que recibió el Premio da Crítica en la modalidad de Artes Plásticas y Visuales en el 2013, explica de una forma más pormenorizada este trabajo que entre en su última semana de exhibición. La exposición está abierta al público hasta el sábado, 4 de marzo, en horario de 18.00 a 21.00 horas.
-¿Qué le lleva a desarrollar este proyecto?
-Lo que pretendo es hacer un doble homenaje. Primero a la fotografía propiamente dicha, como documento y como medio documental que fundamentalmente es; y por otro lado a las raíces, a la etnografía a la que estoy vinculado desde mediados de los años 70 con diversos trabajos como el audiovisual sobre Laza al que Xosé Luis Méndez Ferrín puso texto. Tenía ganas de retomar este tema pero no lo quiero hacer desde un punto de vista didáctico. Me interesa la poética y la estética, pero no pretende desarrollar ninguna tesis.
-¿Qué vertientes de la etnografía le interesan más?
-Para esta línea estética me centro en dos líneas conductoras. Una de ellas es lo vivo y lo intenso, y la otra el color. Espero conseguirlo. Yo voy recogiendo lo que me parece más interesante, pero insisto en que no me mueve un ánimo enciclopédico. Solo quiero hacer fotografía.
-¿Cuáles son sus límites geográficos en este caso?
-Desde el Duero hacia el norte, como Estrabón, que en sus escritos nos engloba a casi todos aunque luego hace divisiones parciales y nos coloca bajo el nombre de galaicos, pero tampoco nos dedica mucho tiempo. Nos describe en un folio y yo creo que todavía es válida y acertada esa mirada que yo intento subrayar para construir un poema etnográfico visual.
-¿En qué fase se encuentra el proyecto?
-Voy poco a poco pero tampoco quiero eternizarme en ello. Mi idea es acabar en el otoño del año que viene para poder llevarlo a las salas, pero lo cierto es que es bastante grande. Las fotos para exposición son cerca de 300 fotos y el libro que la acompaña se acerca a las quinientas.
-¿Para el avance que presenta en Apo’strophe qué ha elegido?
-Son dos obras que tienen en común a sus protagonistas, dos machos (toros y caballos garañones) que pelean por su territorio. Una fue realizadas en Portugal y la otra en Viveiro.