
Se le atribuye la capacidad de ablandar callos y abrasar verrugas y de causar el mismo efecto que la adormidera
29 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Hoy queremos presentar a una planta que está de pleno esplendor en nuestro entorno, a poco que la busquemos, y que como suele suceder con nuestras primas más comunes, apenas les prestamos atención. Nuestra amiga se llama celidonia (Chelidonium majus, para los íntimos) pero pocos nombres tan hermosos como el popular «herba das anduriñas». Cuenta la leyenda que su nombre se debe a que las golondrinas aplicaban esta planta a los ojos de sus crías para mejorar su visión. Como historia es bonita, pero como si de un tratamiento homeopático se tratase resulta lamentablemente falso y carente de fundamento pues, para empezar, a las golondrinas no se le ocurre hacer semejante cosa con sus polluelos.
La realidad tiene poco que ver con esto y mucho que con un motivo mucho más sencillo, la coincidencia en el tiempo y el espacio. Simplemente, la celidonias florecen coincidiendo con la llegada estival de las anduriñas y se marchitarán cuando nuestras plumíferas amigas regresen a sus hogares de otoño e invierno. Las flores de celidonia, y la llegada de las anduriñas con apenas unos días de diferencia, nos indican que, diga lo que diga el calendario oficial, la primavera real ya está aquí. Localizarla estos días es muy sencillo, aunque en un lugar poco usual para buscar una planta: le gustan preferentemente los muros. Al pie de los mismos, donde tiene poca competencia con sus primas, encontraremos esta planta tirando a grande, de casi medio metro, de un intenso color verde, y con unas discretas flores amarillas de cuatro pétalos.
Sus hojas nos sorprenderán por un motivo curioso, su diferencia de tonos entre la cara superior tan vivamente verde y su cara inferior plateada y además cubierta de pelos similares al terciopelo. La cosa tiene su fundamento: se trata de una adaptación para reflejar la luz del suelo y a su vez retener en esa cara pilosa la humedad del ambiente, tan necesaria cuando vives en un sitio con tan poca capacidad para conservar el agua como la base de un muro. Pero sobre todo, la forma inconfundible de identificarla es la savia, con alto contenido en látex, que desprenden sus hojas y tallos al ser cortados y que nos sorprende con un intenso color amarillo similar a la salsa de mostaza, concretamente el color de la industrial repleta de colorantes. Es algo tan llamativo que como suele suceder, alguien, hace mucho tiempo, dedujo que necesariamente tendría alguna utilidad práctica para nuestra especie (para la planta no cabe duda de su utilidad: mantenerla viva). Y es que cuando una planta acumula más de 50 nombres comunes en castellano y una docena en gallego resulta un buen indicador de que se le atribuyen muchas aplicaciones.
Mitos
Nuestra amiga contiene alcaloides similares a los de las adormideras, y tradicionalmente en crudo, en infusión, en todo o en parte se utilizaba, a veces con extremado riesgo, como sedante, contra los orzuelos y la presbicia, el herpes, reuma, cólicos y lo más curioso (y suicida), se pensaba que aplicando la raíz de celidonia sobre la frente de una persona enferma le hacía llorar si no tenía remedio o reír si su dolencia era curable. Pero su gran aplicación, y por la que resulta más conocida, es por la capacidad cáustica de su savia, que se utiliza para el tratamiento de callos a los que ablanda y sobre las verrugas, a las que directamente abrasa.
Si siempre recomendamos la máxima precaución y el asesoramiento experto (es decir, científico, no místico) en los usos de las plantas medicinales, conviene extremar la precaución en este caso. La celidonia es una planta altamente tóxica y con pocas especies nos encontramos por las Redes consejos de aplicación y uso tan demenciales como denunciables en los que, como suele suceder, algunos son ciertos, demostrados y demostrables, y otros no. No confundamos nunca la ciencia con la seudociencia, esa confusión nunca termina bien, ni para nuestra salud ni para las plantas.
CHEQUEO AL MEDIO AMBIENTE la gestión de residuos
CHEQUEO AL MEDIO AMBIENTE la celidonia en primavera