
El artista cañicense aborda por primera vez en un libro una visión patológica de la anatomía
04 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.«Todo este trabajo recae directamente en la creación artística, tanto la parte del dibujo como en la escultura y la pintura, porque de un artista, como eran aquellos grandes anatomista antiguos, trabajan las manos con una delicadeza, con un movimiento que transmite solo vida en una fracción; pero si tienes un desconocimiento anatómico, una mano es una tabla sin vida, sin movimiento. Así que todo este trabajo va a repercutir en lo que yo hago, esculturas, pinturas y dibujas», explica Diego de Giráldez para resumir el libro, Anatomía Artística y Visión Patológica, que presenta hoy, a las 20.00 horas, en la Casa Galega da Cultura, en la Plaza de la Princesa.
El artista cañicense contó con la participación de Antonio Bonet Correa, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y con el catedrático de la Universidad de Sevilla, Gerardo Pérez Calero, para la elaboración del prólogo y el preliminar del libro.
El trabajo de Diego de Giráldez parte de la observación óptica de la anatomía. «Estudio la parte estructural externa, la seminterna, la interna e incluso también cada órgano. Cada órgano, lo voy estudiando y también el conjunto orgánico», explica. Pero la novedad que aporta a otros estudios anatómicas se concentra en la visión patológica. «Dentro de la anatomía artística raramente se describía la parte patológica. Lo que hago es observar minuciosamente una parte del cuerpo, tanto de la parte estructural como la coloración y las manifestaciones del individuo, que yo describo como una determinada patología concreta», explica el artista.
Es un trabajo de observación continuo a lo largo de toda su carrera. «Si voy a hacer una figura, quiero saber hasta dónde llega el giro de un brazo para que la obra quede dentro del reglaje del naturalismo y del realismo, porque yo soy realista. Y también empiezo a estudiar cada uno de los miembros, preguntándome por qué se mueven, y veo las articulaciones, dónde van sujetas esos tendones y empiezo a trabajar sobre esto. Así que se puede decir que este trabajo es el resumen de mi observación óptica desde que empecé hasta la actualidad», dice.
Diego de Giráldez cree que este libro podría ser útil no solo a los artistas sino también a los médicos. «Hoy en día, la medicina se basa en pruebas médicas pero no en la observación directa del paciente. Lo ideal serían las pruebas clínicas, que es algo fundamental, pero también la observación óptica sería importante. Es la novedad que aporta el libro. Que puedan observar lo que tienen delante», afirma el artista, que ha recogido en su libro numerosas patología.