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La escasa participación en la Semana Santa de Vigo lleva a afrontar su renovación

María Jesús Fuente Decimavilla
maría J. fuente VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

La masiva asistencia de fieles a la procesión del Cristo contrasta con esta celebración

27 mar 2019 . Actualizado a las 14:47 h.

La Semana Santa viguesa pone en evidencia año tras año el escaso compromiso de la ciudadanía con la celebración. Los responsables eclesiásticos del programa han decidido afrontar su renovación. La entrada de savia nueva en la cofradía Santiago de Vigo Nuestro Padre Jesús del Silencio es el primer paso para ese cambio. «Estamos intentando renovar con gente joven. Los cofrades que hay van siendo mayores, algunos están enfermos y no pueden estar siempre. Queremos que se incorpore gente joven para revitalizarla y que algunos de los que están se pongan al frente», explica el párroco de Santiago de Vigo, José Antonio Marzoa.

Este cambio generacional es valorado como muy positivo por el coordinador de la Semana Santa, Ángel Dorrego. «Entra gente joven con nuevas ideas, se habla también de que quieren revitalizar la procesión de Os Caladiños, hacer un trayecto más largo y tardío», explica.

Esa procesión, que marchaba al son de los tambores en la posguerra, era una de las que suscitaban más devoción hasta que poco a poco fue perdiendo protagonismo tras fusionarse con otra. La intención es recuperarla de nuevo, aunque eso ya será para el próximo año.

Otra de las medidas que se estudian es evitar que coincidan varias a la misma hora, como sucede en la actualidad. Es el caso del viernes santo, cuando coinciden una de la concatedral con otra de Santiago de Vigo, lo que obliga a los fieles a decantarse por una.

De lo que no es amigo Ángel Dorrego es de ampliar recorridos. «No me gusta pasear santos. Si no hay tradición, no hay tradición. Ha bajado mucho la asistencia. En Vigo la gente elige irse de vacaciones en la Semana Santa», apunta disgustado.

En total, serán nueve las procesiones que desfilen este año por la ciudad. Cuatro saldrán por el centro: la del domingo de Ramos, Los Pasos (el jueves), y el Santo Entierro y la Soledad el viernes. Todas ellas son trasladadas con carros, a excepción de la Soledad, que portan a hombros agentes de la Policía Local.

En Bouzas tendrán lugar otras cuatro de domingo a viernes y en Teis, una el jueves.

Cinco de los pasos que saldrán en procesión están guardados en el edificio del albergue para personas sin techo de Marqués de Valterra. Colectivos sociales de la ciudad han pedido en varias ocasiones que se trasladen a otro espacio para permitir la ampliación de las instalaciones.

En este sentido, Ángel Dorrego insiste una vez más en que cuando se hizo el convenio para la creación de ese servicio una de las condiciones fue que los pasos no salieran de allí. Solo aceptaría, dice, si les cedieran un local como ese en el centro de Vigo y en propiedad. El volumen de los pasos hace que resulte muy difícil la búsqueda de otro espacio eclesiástico.

Tanto el coordinador de la Semana Santa, Ángel Dorrego, como el párroco de Santiago de Vigo, José Antonio Marzoa, coinciden en que la Semana Santa no es solo mirar cómo pasan las procesiones, sino participar en ellas y asistir a los oficios. El tirón que tiene la procesión del Cristo de la Victoria a la que han llegado a asistir hasta doscientas mil personas, pese a celebrarse en agosto, contrasta con el escaso seguimiento de la Semana Santa, algo que se achaca a la tradición local. Tampoco se caracteriza la ciudad por tener las iglesias llenas durante las celebraciones eucarísticas, tal como en más de una ocasión han admitido las autoridades religiosas. Por el contrario, figura entre las que menos fieles congregan.