Adiós al bienio de bronce

La Voz VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

El Rápido consumó su descenso después de una épica lucha por sobrevivir

13 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Veintitrés meses ha durado el sueño de bronce del Rápido de Bouzas. El tiempo que separa aquel memorable 25 de junio del 2017 en Girona cuando el equipo entrenado por Patxi Salinas superó al Peralada en la eliminatoria definitiva y la triste jornada de ayer que certificó su retorno al grupo gallego de Tercera División, lo que provocará un arrastre más después del anterior descenso del Fabril. El Real Madrid Castilla nunca le dio ninguna opción a los aurinegros. Además, el resto de los resultados también le hubiesen condenado.

En estos dos años el Rápido no ha sido indiferente a nadie. Porque en la primera temporada de la mano de Borja Jiménez los aurinegros se pasaron más de media liga en posición de play off de ascenso y solo cayeron en la última jornada después de un empate en casa con el Navalcarnero, entonces también aspirante a la categoría de plata y hoy compañero de viaje hacia la última categoría de rango estatal.

Ese campañón provocó que media Segunda B pescase en aguas rapidistas para reforzar su plantel y el equipo vigués, con Otero en el banquillo y Míchel Alonso como director deportivo, tuvo que construir un equipo nuevo. Y la consecuencia fue que no marcó en las ocho primeras jornadas y solo sumó un punto (empate a ceros con el Fuenlabrada). Esa situación provocó el despido del exjugador céltico y que el ferrolano pasase de los despachos a los banquillos. Y en cambio trajo un Rápido de Bouzas nuevo, que comenzó a marcar goles, que encadenó dos victorias consecutivas y se metió en la pelea de la permanencia. Tanto, que abandonó la posición de colista y poco a poco metió a equipos por debajo: Fabril, Navalcarnero y Adarve. Especialmente fuerte en casa, durante varias jornadas tuvo el puesto de play-out (que sería una bendición) a tiro, pero al final no pudo culminar la gesta y en la tarde del 12 de mayo puso punto y final a su bienio de bronce.

En la penúltima jornada ya no dependía de sí mismo y al final se cumplió el peor de los presagios. Ni ganó su partido ante el filial blanco ni el resto de los resultados ayudaron.