El auditor de Povisa advierte «dudas significativas» sobre su futuro

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

Los accionistas estiman que el acuerdo con el Sergas les haría perder un 84 % menos

05 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La difícil situación que refleja la contabilidad de Povisa no se reduce a los siete millones de euros de pérdidas que el hospital declaró en su memoria económica del año pasado, como avanzó ayer La Voz. El auditor del mayor hospital privado de Galicia, Deloitte, destaca en su informe que las previsiones que hace la propia empresa no son halagüeñas: «Ponen de manifiesto tensiones de liquidez que podrían comprometer la capacidad de la sociedad para atender sus obligaciones corrientes». El auditor incide en «la existencia de una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad de la sociedad para continuar como empresa en funcionamiento».

Ya no se trata solo de los siete millones de pérdidas que registra el hospital. El centro sanitario cerró el año con un fondo de maniobra es negativo, concretamente, de 355.000 euros. El fondo de maniobra permite que una empresa pueda pagar su normal funcionamiento. Las previsiones que reconoce la empresa para el 2019 hablan de «flujo de caja negativos y tensiones de liquidez», según la memoria económica, a la que ha tenido acceso La Voz. Con la base de la contabilidad de la empresa, Deloitte considera que «proporciona una base suficiente y adecuada para nuestra opinión».

Según el hospital, todo se debe al concierto con el Sergas, que entró en vigor en el 2014. Ese documento regula que Povisa presta asistencia a un máximo de 139.000 personas (actualmente, menos de 135.000) y cobra 505 por cada uno (antes 540). En los últimos cuatro años, Povisa ha declarado pérdidas. El déficit total suma 18 millones. El Sergas declinó hacer comentarios sobre las cuentas de Povisa, que es su mayor proveedor de servicios.

El hospital también prefiere no hacer comentarios oficialmente y simplemente se remitió a su memoria económica. Aun así, fuentes del sector aseguran que en este ejercicio está poniendo en marcha medidas para reducir el gasto y que la situación ya no es tan dramática como la del año pasado. A finales de septiembre, el hospital entró en preconcurso de acreedores y abrió una dura negociación con el Sergas que resultó en un acuerdo para modificar el concierto. Sanidade asumió parte de la llamada medicación de alto impacto (la más cara) y también la que se aplica a los pacientes externos, que no están ingresados en el hospital.

Ese acuerdo es clave. Así se constató en la junta general de accionistas, que se celebró el 19 de junio. En esa reunión quedó claro que los administradores valoran el acuerdo al que el hospital del Grupo Nosa Terra llegó con el Sergas en diciembre para levantar el preconcurso de acreedores. Las estimaciones de la dirección del hospital están en que el acuerdo «supondría respecto del resultado negativo del 2018 una disminución aproximada del 84 %», según consta en el acta de la junta general de accionistas. Las pérdidas, así, se habrían quedado en poco más de un millón de euros. A esto habría que añadir las medidas de contención del gasto, de optimización del coste de estructura y la búsqueda de financiación que está haciendo la empresa para pagar sus deudas. Además, el hospital está aplicando un plan estratégico.

Quejas de sindicatos

El comité de empresa no conoce la situación económica de Povisa. La CIG se quejó ayer de tener que enterarse por la prensa del delicado panorama que dibuja la contabilidad del hospital. «A empresa ten a obriga legal de informarnos e non o fai», dice Chus Neira. La Inspección de Trabajo, asegura, ya puso una multa de 6.000 euros al hospital en el año 2017 por negar información a los representantes de los trabajadores.