Maratón final de un año para terminar la Cidade da Xustiza antes de las autonómicas
VIGO
Las malas condiciones de la estructura de acero del ala H de Vázquez Varela obligan a demolerla y perforar dos sótanos bajo la torre
31 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.La comisión de seguimiento de la Ciudad de la Justicia visitó ayer por la mañana las obras de reforma de la antigua torre del Hospital Xeral, que acogerá la nueva sede judicial. Según el arquitecto Alfonso Penela, las obras en la Ciudad de la Justicia durarán 13 meses más y finalizarán el 31 de agosto del 2020 aunque primero debe resolver los problemas estructurales surgidos en el ala H. La inauguración caerá justo antes de las elecciones autonómicas. Actualmente, trabajan 160 obreros en la torre de 17 plantas, que aún muestra su esqueleto de hormigón revestido y suelo cementado. Dos grandes máquinas derriban partes inservibles del ala H mientras que las plantas superiores son las mejor rehabilitadas y ya tienen ventanas.
Penela se mostró orgulloso de «resucitar cual ave Fénix» un elegante edificio, «de esos que vale la pena conservar». En octubre explicará en París su proyecto porque «se están haciendo cosas parecidas en toda Europa».
El arquitecto anunció que, debido a unos problemas estructurales en las vigas de acero del ala H de la calle Vázquez Varela, que están en malas condiciones, es más rentable demolerla, y ganar dos plantas más a la torre pero hacia abajo ampliando el aparcamiento. Hay que excavar dos sótanos y comunicar el vestíbulo y la plaza con el nivel de las aceras. Usan micropilotes para enganchar la torre y horadarla por abajo, técnica parecida a cómo se edificó Venecia.
Con los dos sótanos ampliados, se habilitará un párking de 450 plazas de coches y cien de motos. La nueva dotación judicial tendrá 38 salas de vistas pero el coste del contrato se eleva a 38 millones, según dijo la delegada de la Xunta, Corina Porro. Son diez más de lo inicialmente presupuestado a causa de las complicaciones en el ala H.
Penela enseñó el despacho piloto de un juez con un amplio ventanal y unas manillas verticales de la puerta ideadas por el arquitecto. Mide la mitad que los despachos actuales de la calle Lalín. El juez decano, Germán Serrano, quiere convocar una junta de magistrados para que el arquitecto les explique su proyecto.
Otra curiosidad es que los jueces tendrán que bajar en ascensor hasta diez pisos para celebrar las vistas en una planta cercana al vestíbulo. No habrá retrasos si olvidan un papel arriba, ya que las salas están digitalizadas y los expedientes serán escaneados.
La antigua capilla, de techo alto, se reconvertirá en la sala noble para celebrar las juntas. «Nadie estará empaquetado, aproveché el amplio volumen para darle dignidad», indicó Penela.
Los fiscales tendrán habitáculos más pequeños porque sacrifican espacio para añadir salas para atender a menores o incapacitados. Además, habrá una guardería con 41 plazas para niños.
El piso 17, coronado por un antiguo aljibe, está pendiente de decidir su futuro uso. Las propuestas flotan en el aire, como poner una cafetería con terraza y vistas a la ría en el punto más alto de Vigo pero el arquitecto lo descarta por ser un negocio sin viabilidad. Otra idea es montar un mirador pero ello exigiría instalar un ascensor externo para los visitantes. Aún no hay una decisión. Tampoco se aclara si los periodistas tendrán un despacho o taller de trabajo. Por su parte, el presidente de la Fundación Sálvora, Jacinto Lareo, pidió accesibilidad para personas con diversidad funcional en el nuevo edificio judicial.
Acudieron, además, el director xeral de Xustiza, Juan José Martín, altos cargos del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, los fiscales jefe Juan Carlos Aladro y Susana García-Baquero, el coordinador de los letrados judiciales, José Tronchoni, la decana de los abogados, Lourdes Carballo, el decano de los procuradores, José Antonio Fandiño, y el presidente en funciones de la junta de personal, Xosé Barreiro. Este último dijo que «ante os novos problemas estruturais, a cousa vai lenta de máis, non se cumprirán os prazos e se encarecerá».