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Una pirámide con base en Nigrán y cúspide en el fútbol profesional

VIGO

cedida

El plantel juvenil «A» garantizó un año más en la División de Honor para enlazar siete cursos consecutivos

28 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Thiago y Rafinha Alcántara, Rodrigo Moreno o Santi Comesaña son nombres ya contrastados en el fútbol español e internacional y tienen un denominador común en el Ureca o la actual Escola Deportiva Val Miñor. La estructura de fútbol base consolida a Nigrán entre los viveros balompédicos de formación más destacados del país. De hecho, su equipo de División de Honor juvenil se ha codeado durante seis temporadas consecutivas con las canteras más profesionalizadas en el noroeste de la península y acaba de confirmar una séptima, al sumar 34 puntos con su victoria en Avilés.

nacimiento

A punto de cumplir los veinticinco años. La actual Escola Deportiva Val Miñor nació en 1996 como una sección de Ureca (Unión Recreativa de Empleados de Cajas de Ahorros). El centro deportivo de Nigrán fue el escenario de los primeros pasos del club, en el que tuvo un papel relevante su todavía hoy presidente, Juan Díaz: «Por aquel entonces era directivo de Ureca. Teníamos un equipito de fútbol sala, nos invitaron a un campeonato de fútbol 7 y ya nos querían llevar a los niños para otros clubes, así que hicimos un campus en verano para captar más chavales y creamos la escuela con un equipo benjamín, otro alevín y el infantil».

Modelo

Seriedad y profesionalismo. Recuerda el propio Juan Díaz que en aquel campamento iniciático recurrieron a profesionales retirados como el otrora barcelonista Covelo y Fermín Hortas, con pasado en el Celta. También sentaron las bases con jóvenes estudiantes de INEF como Álex Villar y Javier Lago, aún hoy implicados en la coordinación de la escuela: «Fuimos el primer club de la zona que cobró cuotas a los niños que se inscribían para financiar su formación. A cambio, emitíamos un informe de la evolución de cada niño en distintos aspectos. Dentro de nuestras limitaciones, siempre trabajamos con la máxima profesionalidad». En el 2007 se independizaron del Ureca, pero incluso han invertido en sus instalaciones, por mor del convenio de alquiler de las mismas: «El canon que nos destinó la FIFA por la formación de Thiago, Rafinha o Rodrigo se destinó a la infraestructura».

Crecimiento

Una constante evolución. Álex Villar continúa en el club desde aquellos primeros tiempos, es el coordinador y entrenador del juvenil «A», con el que ha vivido una campaña más de notable éxito en la División de Honor: «No es fácil, competimos con clubes profesionales y jugadores llamados a vivir del fútbol. Este año nos costó al principio. Manteníamos la base del año pasado y un ochenta por ciento de la plantilla se formó aquí durante varias campañas. Solo llegaron dos chicos de fuera, desde el Coruxo». Pocos clubes en el país pueden alardear además de tener otro juvenil en Liga Nacional y equipos en las máximas divisiones de cada categoría. Pero el técnico cita como esencia del proyecto un mantra: «Había un vacío en el fútbol base al sur de Vigo, pero el secreto es trabajar, trabajar y trabajar. No hay otro».

repercusión

La presión de los grandes se deja notar. En el fútbol de hoy hay cadetes y juveniles con agentes y no es sencillo que un equipo de Nigrán compita en igualdad de condiciones en ese mundillo. Álex Villar destaca que «cuando el Val Miñor hace un buen partido ante rivales como el Celta o el Dépor, comienzan a llegar los recados, son cosas del fútbol actual». A la contra, el presidente del club resalta la fidelización de una labor de años: «Me satisface ver entre los titulares de División de Honor a muchos niños que entraron aquí hace varias temporadas y subieron por las distintas categorías. Como ellos, hay gente que creyó en nosotros y colaboró desinteresadamente, tanto en la directiva, como en la parcela técnica u otra labor». Aún así, el club tiende a un modelo profesional, con sus entrenadores titulados y dados de alta en la Seguridad Social.