
El 90% de las jugadoras del Valladares de fútbol femenino dejan el club
16 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El Valladares y el grueso de las integrantes de su equipo femenino de Primera Nacional separan sus caminos. La decisión la anunciaron las futbolistas mediante un comunicado hecho público el domingo y, tras explicar sus razones, no quieren «hacer sangre ni mucho menos», indica la hasta ahora capitana, Anita Iglesias, que por ese mismo motivo evita entrar en detalles sobre los «continuos desacuerdos» a los que alude el texto donde hacían pública su marcha.
Asegura Iglesias que los problemas vienen de atrás, aunque fue en esta última temporada cuando se acentuaron, especialmente a raíz del anuncio de que su entrenador durante los últimos años, Gabi Couñago, no iba a seguir en el cargo el próximo curso. «Fue la gota que colmó el vaso», apunta. Pero, más allá de eso, alude a desacuerdos deportivos. «No nos sentíamos valoradas, hubo gestos que nos parecieron mal y siempre quisimos solucionarlo para no llegar a esto», asegura.
Recuerda que esta situación coincide con un momento en que se produjo «el bum del fútbol femenino, que trajo muchas cosas a nivel de medios y repercusión». Era un escenario «nuevo para todos» y ha habido divergencias en la manera de entender cómo gestionarlo. Descarta por completo los motivos económicos. «Es una tontería hablar de eso. Son cantidades mínimas, un aliciente al trabajo, pero ni mucho menos un sueldo», indica. Además, deja claro que el club no tiene ninguna deuda con las deportistas, «para nada».
El texto lo suscriben el 90 % de la plantilla, calcula. «Todas estábamos de acuerdo en hablar con la directiva para intentar solucionarlo y actuamos juntas», expone. Luego dos de ellas, añade, «no querían meterse en el jaleo de hacerlo público» y no lo firmaron. «Las demás entendíamos que había que comunicar y explicar la decisión. No queremos hacer daño al Valladares y le deseamos suerte», zanja.
En cuanto al futuro, barajan opciones y su preferencia es poder continuar todas juntas. «Ojalá alguien apostara por nosotras en Vigo para poder mantener el grupo y el proyecto. Es complicado, tiene que haber un paso por parte de un club que nos pueda acoger. Hay posibilidades y rumores, pero en nuestra mano aún no está nada», comenta. En su caso, sigue recuperándose de una grave lesión de rodilla. No volverá hasta el 2021, pero espera hacerlo con las mismas compañeras.
El club: «Estamos a muerte con el fútbol femenino»
El presidente del Valladares, Doro Davila, insiste en que no quiere entrar en ningún tipo de polémica con las jugadoras y, de hecho, subraya que las puertas del club siguen abiertas para ellas por si deciden dar marcha atrás. Además, comenta que le sorprendió el comunicado porque entendía que recientemente habían «llegado a un acuerdo».
Desde su punto de vista, las desavenencias vienen dadas por la decisión del club de prescindir del técnico del equipo, Gabi Couñago, algo que atribuyen a que «no se alcanzó un acuerdo con él» pese a considerarle «un gran entrenador». Comenta que las jugadoras querían «gestionar ellas la sección femenina», algo que no encajaba en el planteamiento de la estructura del club.
Davila incide en que la apuesta del Valladares por el fútbol femenino es fuerte y decidida y que va a continuar con independencia de estas bajas. «No sabemos cuántas se van, nadie ha pedido la baja menos una chica que se va al Mos y no se le puso ningún problema. Pero a mayores tenemos 70 niñas y un equipo B que nos apoya. Estamos a muerte con el fútbol femenino y vamos a seguir en Primera Nacional».
El presidente respeta el comunicado de las jugadoras y no quiere rebatirlo ni «entrar en polémicas», dice. «Tienen libertad de expresar lo que deseen», concluye.
El fútbol femenino en Vigo: una historia reciente llena de rupturas y desavenencias
La historia se repite con un nuevo equipo del área de Vigo que después de una etapa exitosa sufre una ruptura traumática. Antes habían sido El Olivo, el Erizana o, hace un año, el Atlántida de Matamá, en todos los casos con el resultado de descensos de categoría o desaparición de conjuntos que militaban en ligas nacionales.
Fue hace ya un lustro, en el verano del 2015, cuando la sección femenina del Erizana hizo aguas. Las diferencias entre las futbolistas y la directiva desencadenaron la desaparición del equipo después de que las componentes de la plantilla se hubieran sentido desatendidas y menospreciadas por los nuevos responsables que habían llegado ese año. Militaban en la antigua Segunda femenina y no se ha retomado el proyecto.
Muy sonado fue también el caso de El Olivo, el equipo más laureado del fútbol femenino vigués. Una sanción por diferentes irregularidades les condujo a categoría autonómica, pero para entonces las jugadoras de su último año luchando por el ascenso se habían marchado en bloque al Sárdoma. Fueron un total de 16 futbolistas, algunas de las cuales denunciando impagos, las que se fueron en el verano del 2016. Dos años más tarde, la directiva decidía no continuar con el proyecto.
Hace ahora un año le tocó al Matamá, que había logrado el ascenso a la nueva categoría Primera Pro. El club renunció a hacerlo efectivo después de un intento de acuerdo con el Celta (que sigue sin equipo femenino) y las jugadoras se fueron. Ahora , el equipo milita en autonómica.