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Bótox para combatir la migraña

laura amoeiro VIGO / LA VOZ

VIGO

Cedida

La neuróloga Icíar Cimas, doctora que trabaja en Povisa, aplica 31 inyecciones para aliviar los dolores migrañosos

11 ago 2020 . Actualizado a las 01:48 h.

Desde hace varios años, en el Hospital Povisa de Vigo se utiliza la toxina botulínica, comúnmente conocida como bótox, en un tratamiento para aliviar los síntomas de la migraña. La neuróloga Icíar Cimas explica que este método consiste en 31 inyecciones en la zona de la frente y nuca. «Para hacerte una idea, es como sí te colocasen una banda en la frente. Los pinchazos serían por encima y debajo de esa banda», dice la doctora. Se realizan cada tres meses, de manera continua. Según la respuesta del paciente, en algunos casos se puede aumentar el intervalo a cuatro meses. Si el método para inhibir el dolor no hace efecto, la dosis podría incrementarse llegando a un número de inyecciones entre 40 y 60 en cada sesión. Iciar asegura que la experiencia de los pacientes que utilizan este tratamiento es «muy buena». La utilización del bótox también hace que suelan desaparecer las arrugas de la frente de los pacientes, según cuenta la doctora.

Gloria Barros es una paciente que recomienda firmemente este tratamiento para la migraña: «Estoy muy contenta», afirma. «Antes iba a urgencias cada poco por los fuertes dolores que tenía. También fui a sesiones de acupuntura, pero no me hacían nada», asegura. Desde hace poco más de un año, Gloria ha dejado de acudir a urgencias gracias a este método contra la migraña que, en su caso particular, lo cubre la Seguridad Social. Dice que ella notó la eficacia del tratamiento en la primera sesión. Además, reconoce que al principio, tenía un poco de miedo al saber que tenían que pincharle, no obstante recalca que «merece la pena».

Lo de Gloria no es lo más habitual, puesto que, según explica Icíar, los pacientes suelen notar la efectividad del tratamiento en la segunda o tercera sesión. Es decir, entre los 6 y 9 meses después de haber empezado a utilizarlo.

La doctora cuenta que este método es muy protocolario: «Se realiza en casos en los que alguien que padece migraña reflectaria ha probado más de tres tratamientos contra el dolor que no han respondido. El paciente ha tenido que pasar más de 15 días con dolor continuo, 8 de los cuáles con dolores migrañosos. El efecto de la toxina contra la migraña inhibe el dolor a nivel de los nervios periféricos, disminuye los síntomas y la intensidad de la frecuencia». También puede utilizarse en aquellas personas que padezcan la neuralgia del trigémino, señala Cimas.

Otro segundo tratamiento contra el dolor migrañoso son las infiltraciones anestésicas de nervios pericraneales. Se realiza palpando en el cráneo una serie de puntos por donde salen estos nervios. En ellos se introduce el anestésico local por el que también a nivel periférico se inhibe el dolor de la cabeza. Los pacientes que siguen el método son aquellos que experimentan casos de migraña, cefalea tensional, neuralgia de nervios pericraneales o estatus migrañoso (más de 72 horas de dolor migrañoso). Es un tratamiento con menos inyecciones, porque depende del nervio. La periodicidad es variable, depende de la actuación de cada neurólogo y del caso particular de cada paciente.

Este segundo método para aliviar el dolor de migraña es el que utiliza Marina Vicente, una auxiliar de enfermería de Vigo. Marina, al igual que Gloria, está muy satisfecha de haberlo conocido. Afirma que antes tenía dolores muy fuertes de cabeza. No obstante, gracias a su médica de cabecera conoció a Iciar y comenzó en marzo con las infiltraciones. «No podía concentrarme, estudiar, dormir», dice, y añade: «El dolor intenso no lo he vuelto a tener». Su tratamiento también lo cubre la seguridad social.

Para la ejecución de uno y otro tratamiento se tiene en cuenta el caso particular de cada afectado. En algunas ocasiones, no es incompatible utilizar ambos. No obstante, el uso de la toxina botulínica para calmar el dolor de migraña está más protocolarizado. Depende de la frecuencia, el dolor y la respuesta del paciente a los tratamientos, cuenta la doctora. Además, recalca: «No todo dolor de cabeza es un dolor de migraña».