Vecinos de Ribarteme esperan desde hace diez días a que el obispo ubique a Santa Marta

María Jesús Fuente Decimavilla
M. J. Fuente AS NEVES / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

Los feligreses de As Neves han pedido a la Iglesia que la imagen vuelva al altar mayor

13 ago 2020 . Actualizado a las 12:10 h.

Lejos de tirar la toalla, los vecinos de Santa Marta de Ribarteme, en el municipio de As Neves, han decidido seguir adelante con sus reivindicaciones. Con tal motivo hace diez días se entrevistaron con el obispo de la diócesis de Tui-Vigo, monseñor Luis Quinteiro Fiuza, para solicitar el regreso de la santa a su tradicional ubicación, en el altar mayor de la iglesia. El actual párroco, Sergio Gómez, decidió cambiar la imagen de sitio y en su lugar colocar la de San José, alegando que es el patrón de la parroquia. Por el contrario, la santa protagonista de la famosa romería de los ataúdes, pasó a un segundo plano al situarla en un lateral del templo.

El cambio provocó durante la última festividad de Santa Marta de Ribarteme manifestaciones silenciosas de un grupo de vecinos descontentos con la gestión del párroco.

Los vecinos de la pequeña parroquia presentaron al obispo más de 300 firmas para que se devuelva la imagen al sitio anterior, a lo que Quinteiro Fiuza respondió que se estudiaría. «Nos dio la impresión de que quedó sorprendido, dijo: ‘somos gente de paz’ y se comprometió a dar una solución», explica una de las vecinas participantes en la reunión.

Pero las demandas no se quedaron ahí y al mismo tiempo se pidió la destitución del párroco y de la junta directiva por la forma en que están actuando sin prestarse al diálogo con los vecinos.

También dieron parte de otros aspectos que les preocupan, como la ejecución de obras que dieron lugar al levantamiento de tierra y a la aparición de restos humanos. La destrucción de una placa dedicada a don Manuel, un párroco de otra época querido en la parroquia, formó parte de la lista de quejas junto con los cánticos franquistas que se ofrecen en espacios públicos.

Circunstancias como prohibir la entrada en la iglesia a algunos vecinos, tal como sucedió el mismo día de Santa Marta y otros anteriores, fueron denunciadas en el obispado. «Ahora no celebra misas, las campanas siguen tocando, pero la puerta está cerrada. No sabemos qué pasa», comenta la misma vecina.

Mientras tanto, están a la espera de lo que decida el obispado sobre las peticiones presentadas. Solo quieren que las cosas vuelvan a su cauce y que se les traten con respeto para no crear mal ambiente en la parroquia.