Las AMPA de Vigo temen una caída de escolares en los comedores por su tardanza y el miedo a contagios

María Jesús Fuente Decimavilla
maría j. fuente VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

La federación de asociaciones tantea en la actualidad el número de comensales para calcular el precio del menú

13 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La federación de asociaciones de AMPA, Foanpas, se enfrenta estos días a su peor reto en muchos años: hacerse con un censo completo de todos los escolares que comerán en los centros. La idea de poner en marcha el servicio entre hoy y mañana como estaba previsto en principio, fue desterrada hace una semana ante la lentitud con la que discurren los trámites.

Para Foanpas, es algo así como la pescadilla que se muerde la cola. A estas alturas muchas familias se han buscado la vida de otra manera por el retraso que lleva la puesta en marcha de los comedores y la necesidad que tenían en los hogares de conciliar. La demora de algunas AMPA en concretar el número de alumnos de cada centro provoca a su vez esos retrasos en la gestión.

A lo anterior se suman los hogares en los que la incertidumbre de cómo se organizarán los comedores y el temor a los contagios ha hecho mella y prefieren que este curso sus hijos coman en casa. Unas y otras circunstancias hacen temer a las AMPA un bajón importante en la demanda del servicio. «La gente también está preocupada por el precio del comedor y a veces prefiere arreglarse de otra forma. Si lo hacemos es con garantías, pero aún no estamos seguros de que podamos hacerlo, se necesitan más monitores y no sabemos cuánto puede costar, si se disparará o será poca cosa», comentan desde el AMPA de un centro de la ciudad.

La federación tendrá que negociar con la empresa de cátering que ofrece el servicio en sus comedores y para ello debe tener los datos de todos los colegio muy claros. En total, agrupa a 74 centros escolares y gestiona el comedor de 25, lo que supone en torno a 2.000 familias afectadas. Los inicios del curso fueron tan problemáticos que a punto estuvo de tirar la toalla. Una de las cuestiones más polémicas fue la aceptación del protocolo elaborado por la Consellería de Educación. Las AMPA se veían incapaces de cumplirlo y dudaban hasta qué punto llegaba su responsabilidad. De hecho, todavía hay reticencias en algunos centros.

 Problemas

Otros problemas que están teniendo que afrontar en estos momentos y que también contribuyen a la demora son las diferentes casuísticas de cada colegio. Ello obliga a adoptar diversos modelos en función de las necesidades. Se da el caso de muchos centros que ni siquiera tienen capacidad para duplicar los turnos y se verán obligados a triplicarlos. Como consecuencia, necesitarán más monitores, lo que encarecerá el precio.

El coste será igual para todos los comedores como sucedía hasta ahora, y los escolares que están becados seguirán sin tener que pagar el menú.