Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

Una Maja diferente para el Celta

m. v. f. VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

La ala-pívot vive una segunda etapa en Vigo después de nueve años

21 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Se fue de Vigo siendo Maja Vucurovic y ha regresado como Maja Stamenkovic. Pero más allá del cambio de apellido por su matrimonio, la ala-pívot del Celta de baloncesto, que militó en el equipo en la temporada 2011/2012 es ahora una baloncestista diferente. Forjada por las experiencias -buenas y malas, dicen sin tapujos- de este tiempo y como una veterana con mucho que aportar. Ahora vive el baloncesto de otra manera: con más ganas de disfrutarlo que nunca porque «no sabes cuánto te queda».

Cuando a Maja (Serbia, 1991) le surgió el pasado verano la opción de volver a Vigo tuvo claro que había muchos pros. «Tengo casi 30 años y quiero disfrutar del baloncesto. Pensé que siendo un sitio que conozco, era perfecto para eso, para encontrarme bien, cómoda y disfrutar al máximo», desgrana. Lo vio desde el primer momento como una opción que se ajustaba a sus expectativas en este momento de su carrera, y a eso sumó que se identifica con la idea del club. «La conozco, sé que trabajan mucho con jóvenes como era yo y ahora que vuelvo más mayor, me parecía también una opción atractiva».

Porque Maja llega ahora como una de las veteranas del vestuario. «Cuando oigo esa palabra... ¡guau!», dice mostrando que le impresiona verse de ese modo, pero asumiendo la responsabilidad que cree que le corresponde ahora. «El tiempo pasa tan rápido que casi no lo puedo creer. Ahora mi rol es diferente, noto que si no estoy bien, el equipo tampoco. Por eso tengo que dar lo mejor de mí cada día. Estoy aquí para eso», subraya.

La jugadora reconoce que cuando se fue creyó que su carrera «iba a estar más arriba, porque la española era una liga top», pero sufrió un bajón y se centró en buscar minutos. «Hice un camino sin planes, de conocer ligas, culturas, gente, idiomas... El baloncesto es mi vida y gracias a él quise moverme a ver si un día encontraba mi casa. Creo que en España la he encontrado», dice tras haber pasado por otros clubes nacionales en estos años.

Considera que su evolución en este tiempo ha sido muy notable. «Mentalmente estoy en el punto donde hubiera querido estar toda mi carrera. Pero es imposible. Cada año creces en todos lados, dentro y fuera de la pista», comenta convencida de que su edad es la mejor para las mujeres en el deporte e la canasta. En su caso, ha llegado hasta aquí a base de buenas y malas experiencias con clubes, compañeras y entrenadores, revela. «Todo eso me llevó a ser la persona que soy y me siento fuerte que nunca y preparada para la vida. Porque el baloncesto me enseñó lo que es la vida de verdad», agradece.

En su vuelta al Celta, no se ha encontrado un club demasiado diferente a lo que recordaba. «La idea es la misma: trabajar con las jóvenes, esfuerzo diario, creer, pasión... Aquí hay gente muy amante del baloncesto, que trabaja cada día con nosotros como si fuera el último». Esa filosofía que ya conoció de primera mano y que se mantiene es la que le hace sentir tan cómoda.

Por si fuera poco, le encanta Vigo. «La gente es amable, la ciudad bonita y tener cerca la playa es como unas vacaciones pagadas. ¡No puedo decir nada malo!», asegura. A eso le suma que la en su anterior estancia no pudo debutar más allá de la Copa Galicia y amistosos, ya que como serbia ocupaba plaza de extranjera. En esa época no coincidió apenas con Cristina Cantero. «En ese momento su hijo tendría un año y lo recuerdo de bebé corriendo por las canchas. Mi entrenador fue su marido», señala en referencia a Carlos Colinas, ahora director deportivo de la entidad.

Un inicio prometedor

Maja está satisfecha por el inicio del equipo y por el suyo a nivel personal, pero le gusta ir «paso a paso». «Nunca sabes lo que va a venir, pero no tengo dudas con el trabajo diario que hacemos. Me siento relajada y sin presión», cuenta. Del mismo modo, no se pone objetivos más allá de «ganar todo lo posible» y tiene claro que el equipo irá a más a medida que pasen las semanas.

La remontada del pasado fin de semana ante el Arxil les da un plus. «Fueron dos partidos. En la primera parte estuvimos perdidas, muy frías y casi 20 puntos abajo. Lo sacamos unidas, juntas, porque de otro modo era imposible», relata. Por eso, dice, fue «una gran victoria» que cree que les dará alas.

Maja formó parte de la plantilla del Celta, sin llegar a debutar, en la temporada 2011/2012. Ahora ha regresado como una de las veteranas del equipo. «Estoy en un momento diferente al de las jóvenes, pero sé cómo es su lucha y tengo ganas de compartirla con ellas», afirma. Ha venido a Vigo sola y está deseando que abran las fronteras para que su marido pueda volar desde Serbia y acompañarla.