40 años de un vínculo indestructible

míriam vázquez fraga VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

Comenzó a jugar a los seis años y ha sido técnico, director deportivo, directivo y presidente

17 may 2021 . Actualizado a las 09:02 h.

Nicolás Lorenzo Montes, por todos conocido como Nico Montes, comenzó en el Club Baloncesto Tui a los seis años. 40 más tarde, vive su segunda etapa como presidente después de haber sido jugador de todas las categorías, entrenador, haber ocupado otros cargos en la directiva y ser padre de dos actuales integrantes de las categorías inferiores. Aquel vínculo nacido en la temporada 1981/1982 se ha demostrado indestructible.

Montes recuerda que nadie practicaba baloncesto en su familia y que, de hecho, su padre estaba vinculado al mundo del fútbol. «En ese momento, había tres opciones de hacer deporte en Tui: baloncesto, piragüismo o fútbol», recuerda sobre un abanico de opciones que se ha multiplicado desde entonces. «El pabellón estaba en el centro, cerca de casa y ya se sabe la preocupación de las madres: ‘¡Que no pasen frío estos niños!’», comenta sobre las razones que le condujeron a un deporte que le atrapó enseguida.

Comenzó a los seis años y se retiró a los 36, coincidiendo con el trigésimo aniversario del club. «Desde mucho antes de dejar de jugar, ya entrenaba. Pasé por todo: técnico, director deportivo, directivo, presidente... Muchas cosas a la vez. Y me retiré por eso, porque llega un momento en que es demasiado», desgrana. Tiene claro que su faceta preferida es la de jugador, aunque la de técnico también le ha hecho disfrutar mucho. «Ahora echo una mano si hace falta», añade.

De esa etapa le marcó el primer título de campeón gallego para el club a nivel de formación. «Tuve una buena generación de jugadores que durante los años de minibasket y el primero de infantil lo ganaban todo y fue muy especial poder conseguir aquello por primera vez», recalca. Ahora prefiere «verlo desde la barrera», porque sus hijos, una niña de once años y un niño de ocho, han heredado su gusto por el baloncesto, forman parte del club y prefiere no tenerles a sus órdenes.

Los pequeños tienen mucha culpa de que haya vuelto a jugar. Porque aunque habla de retirada hace diez años, ha vuelto. «Me da vergüenza decirlo, pero desde el año pasado vuelvo a jugar a nivel competición en el equipo de Valença, en Portugal. Esta temporada estamos en standby, pero me comprometí por dos años y me queda otro», revela. El regreso se produjo tras casi un decenio fuera. «Al tener a los niños haciendo baloncesto, estás todo el día con el balón, te preguntan por cuando estabas en el equipo, te va entrando el mono, juegas con ellos, te pasas el verano en las pistas... Y al final te dices: ‘Si me encuentro bien, ¿por qué no?’». El club luso llamó a su puerta y «como quien no quiere la cosa», dice, se quedó. «Es otro país, otro idioma, otra forma de jugar... Y me tratan de cine. Está siendo una experiencia magnífica», recalca.

Más allá de este regreso a la práctica en activo, nunca se había desvinculado ni de su deporte ni del Baloncesto Tui. «Cuando me fui a estudiar a Ourense, me permitieron entrenar allí por la semana y venir a jugar», recuerda. En algún momento surgió alguna opción de jugar fuera, pero nunca se concretó. «A este club le debo todo: mi forma de ser, mi personalidad... Es mi segundo hogar, estaba más horas en el pabellón que en casa», relata.

Y lo más importante que le ha dado el club son las personas y los valores. «Me ha aportado conocer mucha gente. Pese a ser un deporte de contacto e intensidad, hay muy buenas relaciones con jugadores de toda Galicia con la que en los partidos nos damos mucha cera, pero luego queda ahí y hay muy buen feeling», celebra. Por no hablar de que sus mejores amigos son los que comenzaron a jugar con él a los seis años en ese mismo pabellón que sigue siendo esa segunda casa que era en su infancia. Asegura que del baloncesto le gusta todo.

Ahora, tras una primera etapa en la presidencia entre el 2009 y el 2012, vuelve a ocupar un cargo que también asumió en su día su padre mientras él jugaba. «No pasaba por mi cabeza coger el club, tenía la mente en otros proyectos, pero los que fuimos a la reunión, nos quedamos», indica confesando que la entidad corría el riesgo de desaparecer e insistiendo en que se siente en deuda con el Baloncesto Tui.

Pese a que no entraba en sus planes, lo ha cogido con muchas ganas. «Me ha vuelto a entrar la vocación», proclama. Entre sus ideas, aprovechar las sinergias con el club de Valença donde él juega y recuperar a deportistas de casa que se marcharon. Rodeado de «un gran equipo», subraya que no lo hace por «colgarse medallas», sino por devolver al Tui lo que de él ha recibido.

personal

Nicolás Lorenzo Montes, conocido por todos por su apellido, nació en Tui el 11 de mayo de 1975 y comenzó a jugar al baloncesto con seis años. Se retiró 30 después, pero lo ha retomado esta temporada.

trayectoria Entrenador ya mientras jugaba, también en esa época ejercía ya de directivo del Baloncesto Tui, que presidió en una etapa anterior y en el que ha desarrollado todos los roles posibles.