Alejandra Santos, psicóloga de la Asociación Española contra el Cáncer, asegura que la clave para abandonar el tabaco es la terapia grupal
08 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Aproximadamente la quinta parte de la población española fuma a diario: un 23,3% en el caso de los hombres y un 16,4% en el de las mujeres, según datos del Instituto Nacional de Estadística. De entre todas ellas son muchas las que luchan por romper este hábito pero no lo consiguen. ¿Cómo se deja de fumar? Alejandra Santos, psicóloga de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), asegura que muchos de los que lo intentan «ya se saben la teoría». Este viernes, imparte un curso telemático de deshabituación tabáquica, y ofrece una primera clave: «Lo importante es el grupo».
Son siete sesiones. En cada una, Santos ofrece a los asistentes diferentes recursos, como técnicas de relajación, para lograr dejar de fumar. «Algunos de los pacientes lo dejan antes, a pesar de que el objetivo inicial es que se deje el día D», explica Santos. Este día D, el límite para que los pacientes abandonen el tabaco, suele fijarse en la cuarta o quinta semana de la formación. Pero antes de que eso suceda se marcan objetivos semanales para que la reducción del consumo sea gradual. Por eso, se exige a los pacientes que realicen un autorregistro: «Algunas personas desconocen su nivel tabáquico», asegura Santos.
Aunque la psicóloga dé las herramientas necesarias para romper con el hábito o explique cuáles son sus beneficios, ella misma insiste en la radical importancia del grupo en la terapia. «Cada sesión empieza con una rueda en la que cada paciente explica cómo le ha ido la semana», cuenta. El objetivo es que el paciente se sienta acompañado y entendido: «La energía del grupo es la que ayuda», remarca. El triunfo, en todo caso, es personal. La AECC suele lograr que el 60 % de los participantes abandonen el tabaco.
Santos participa de este proceso intentando infundir confianza en ellos mismos, necesaria para que la terapia funcione. A pesar de todo, intentan normalizar las caídas puntuales con el objetivo de prevenir la recaída del paciente, que implicaría volver al hábito.
No en todos los casos recomiendan asistir a este curso. La circunstancia personal se valora siempre en una entrevista previa a las sesiones: «Si esa persona está en un momento delicado, a veces, le sugiero que no es el momento», explica Alejandra Santos.
Terapia con fármacos
Estar inscrito en un programa grupal, como este, o bien en uno personal es imprescindible para acceder al tratamiento médico con vareniclina y brupopión (Champix y Zyntabac en sus nombres comerciales), financiado por la sanidad pública desde el año pasado. Esta no es la única condición. El paciente también debe fumar un mínimo de 10 cigarrillos al día, tener un nivel de dependencia del tabaco igual o superior a 7 y haber intentado dejar de fumar en el último año. «Es un complemento a la terapia grupal», asegura Santos, que siempre explica a sus pacientes la existencia de esta posibilidad, aunque no todos decidan recurrir a ella.
El principal objetivo del programa es prevenir el número de casos de cáncer de pulmón, de esófago o de laringe, entre otros en los que el consumo de tabaco afecta especialmente. A partir del contenido de las sesiones, la AECC ha desarrollado una aplicación bajo el nombre de Respirapp con el mismo fin.