Susana Alonso: «Cada temporada digo que es la última para mí, pero luego...»

m. v. f. VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

La mosense sigue cosechando éxitos sobre la bici a los 41 años

07 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Se inició en el ciclismo más tarde de lo habitual, a los 28 años, y más tarde de lo habitual también, con 41, Susana Alonso (Mos, 1980) sigue subiendo al podio. Este fin de semana ganó la BTT de Cazorla y, el anterior, fue tercera en el Nacional de maratón. Asegura que cada año se plantea la retirada, pero dados los precedentes, ya habla de ese momento con la boca pequeña.

-¿Iba con expectativas de podio o le cogió por sorpresa?

-Aunque desde que empezó la pandemia, intentar coger un punto de forma fue bastante complicado, ahora sí que me encontraba bastante bien. Pero es muy difícil planificarse y mantener las ganas de entrenar y de todo con lo que ha pasado. Al principio estaba desubicada, fuera de onda. Fui cogiendo el ritmo y pensaba que igual podía estar ahí peleando, pero no lo sabía. A veces te sientes bien y las circunstancias de carrera deciden otra cosa.

-¿Qué significan estos resultados después de meses duros?

-Estoy muy contenta, pero siempre digo que lo más importante es disfrutarlo. Que las piernas respondan, encontrarme bien y disputar las pruebas al nivel que entreno. Si consigo eso, para mí es perfecto.

-¿Cómo ha vivido este año y medio de pandemia?

-Al principio, con desconcierto. Íbamos al Campeonato de España de ultra y se cancela; con un Open de España, lo mismo. Luego nos confinaron y era imposible hacer una planificación. Fue una temporada fantasma Yo, para poder correr, pido días de vacaciones, incluidos sábados, y si luego no se corre, me quedo sin el día de vacaciones y sin competir. Hace falta ser muy elástico y sacrificado, adaptarse a lo que va surgiendo. Te merma.

-¿Le afectó anímicamente?

-Como no vivo de esto, lo llevé mejor. Pero no ves la manera de coger un punto de forma y que sirva para algo. Pensando en el palmarés, es complicado, pero no vale la pena agobiarse cuando no vives del deporte. Para mí tiene que ser una afición.

-¿En qué medida se ha recuperado la normalidad en su deporte?

-Cada vez se sacan adelante más carreras. En Galicia, son más estrictos: tenemos que pasar PCR test de antígenos, que en el resto de comunidades no se hace y es más fácil correr. Por ahora seguimos con las mascarillas y no hay duchas. Cada uno se busca un poco la vida como puede.

-Está acostumbrada a que le pregunten por la edad. Los resultados dicen que no la nota sobre la bici, ¿no?

-No es tanto la edad como el ritmo de vida que llevamos, y más cuando no vives de esto y llevas una vida paralela de trabajo y responsabilidades que no se pueden dejar de lado. Si quieres correr a un nivel alto, necesitas mucha disciplina. Si quiero estar en mi mejor momento de forma, me exige esfuerzo, orden y control. Es como una contrarreloj desde que me levanto hasta que me acuesto. Con los años, eso quema mucho. En ese sentido es donde más castigada estoy, pero no es el cuerpo el que pide frenar, sino la cabeza.

-¿Se plantea dejarlo este año?

-Siempre digo que este es el último para mí, pero luego... Te pierdes un montón de cosas que no entran ni con calzador: viajar sin que sea por competiciones, disfrutar de una fiesta, del pueblo o de tirarte por ahí. Eso castiga mucho y tengo ganas de una vida relajada. Mi salud también se ha resentido. Tuve hace años una enfermedad autoinmune y creo que es por este ritmo loco.

-Pero luego está la parte buena.

-Sí. La ilusión y la fuerza están. Ser tercera en el Campeonato de España, con un nivel cada vez más alto, nuevas chicas con experiencia a nivel de escuela que yo no tuve, mucho mejor formadas... Les enseñan cosas que yo aprendí a base de tirarme. ¡Son como versiones mejoradas! Y poder meterme ahí está muy bien. Intento disfrutar el momento. Lo hablaba el otro día con una compañera: las dos pensamos dejarlo, pero sabemos que el año que viene igual nos volvemos a ver.