Juzgan a una banda nigeriana por explotar sexualmente a mujeres en O Berbés bajo amenaza de vudú
VIGO
Los implicados afrontan entre 15 meses y casi 5 años de cárcel por prostituir a las víctimas, a las que intimidaban con rituales mágicos para pagar 50.000 euros
29 oct 2021 . Actualizado a las 15:55 h.Antes de viajar desde Nigeria para prostituirse en la muelle de O Berbés, en Vigo, los tratantes les cortaban mechones de pelo, vello púbico y las uñas en una ceremonia de vudú ante un brujo. Así tomaban el control del espíritu de las mujeres que iban a explotar sexualmente. Este ritual de magia equivalía a un contrato de préstamo y, si las víctimas no pagaban deudas de hasta 50.000 euros por el viaje, terribles desgracias caerían sobre ellas y sus familias. Era así como una banda que operaba en Nigeria y Vigo controlaba a las mujeres que traía ilegalmente a España para explotarlas sexualmente. En el 2012, unos policías de Vigo identificaron a varias mujeres en O Berbés y destaparon la red nigeriana de trata de seres humanos y explotación sexual.
Cinco supuestos miembros de la banda se sentarán la próxima semana en el banquillo. La quinta sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo, juzgará el día 5 a los acusados de explotar sexualmente a inmigrantes ilegales en O Berbés bajo amenazas de vudú. La Fiscalía pide casi 5 años de cárcel por los delitos de inmigración clandestina, trata de seres humanos con fines de explotación sexual y falsedad documental. En función de su papel, los acusados se enfrentan a penas de entre 15 meses y cuatro años y 9 meses de cárcel.
La trama fue descubierta en octubre del 2012, cuando la policía hizo inspecciones en O Berbés e identificó a varias nigerianas que trabajaban en la calle sin permiso de residencia. Siguieron actuando en el 2013. La investigación destapó que varios residentes legales en España habían montado una red de intermediarios en Nigeria para trasladar mujeres a Vigo, tras pasar por ciudades como Vic, Madrid, Barcelona o Lisboa. Les cobraban hasta 50.000 euros por el viaje y, para cerrar el trato, un brujo oficiaba la ceremonia vudú y recogía muestras biológicas de la víctima que aseguraban su obediencia.
Constan casos de una mujer que, tras ser intimidada por una ceremonia de vudú, fue trasladada a Europa de forma irregular y allí permaneció bajo control de los acusados ejerciendo la prostitución hasta que pagó una deuda «de elevada cuantía e importe arbitrario y unilateralmente fijado por los acusados». Si no pagaba, afrontaría las consecuencias de incumplir el pacto de vudú.
En algunos casos, la operación era fallida y la inmigrante no salía del país y exigía la devolución del dinero. A veces, le conseguían un pasaporte falso por 6.000 euros. Una ilegal voló desde Lagos a Madrid y luego viajó en bus a Barcelona. Allí la alojaron en una casa para su posterior explotación sexual aunque la víctima fue liberada antes de ejercer la prostitución.
Otra acusada organizó el viaje de otra víctima, menor de edad, desde Senegal Lisboa, donde se fugó de un centro de menores y la red la acogió en una casa en Redondela. La joven tampoco llegó a prestar servicios sexuales porque la jefa no lo ordenó.
Una acusada residía en España por circunstancia excepcionales como víctima de género, otro estaba legalmente y uno más tenía residencia permanente.