Los Reyes repartirán más de 300 piezas de la tudense María Freiría
07 ene 2022 . Actualizado a las 00:35 h.María Freiría supo desde pequeña que su vocación era la biología, así que no dudó a la hora de elegir una carrera que se sacó con becas por sus buenas notas. Cuando valoraba posibles salidas profesionales, la pandemia le pilló a punto de graduarse, teleestudiando y mermando esas alternativas de inserción laboral. Fue entonces cuando decidió fusionar su inclinación natural por el mundo de los animales y los vegetales con su afición a las manualidades. El resultado se llama Mar.jewelrin.
Esta marca de bisutería «nació gracias a la cuarentena y a la gran cantidad de tiempo libre que tenía por aquel entonces», explica esta emprendedora de Tui de tan solo 22 años que ha invertido los ahorros de su beca de estudios en su proyecto profesional. «Un día descubrí las joyas hechas con resina, que guardaban un pedacito de naturaleza en su interior. No pude resistirme y me puse manos a la obra», explica. Papá Noel y los Reyes Magos están repartiendo, estas Navidades, más de trescientas piezas de su marca por toda España.
«La verdad es que estoy sorprendida y contenta porque me encanta lo que hago y está teniendo muy buena acogida», reconoce la joven. De momento, trabaja desde casa y vende a través de Instagram. «Ya he habilitado también la web, pero hay que ir a la página directa porque aún no conseguí el enlace desde Google, porque todo es muy caro y avanzo en la medida de mis posibilidades», indica María. Los buenos resultados cosechados en este año a través de Instagram la animan y asientan una inminente expansión mediante la reinversión de las ganancias. Tras este éxito hay muchas horas de trabajo y formación. Continúa con sus estudios, ahora para el doctorado en Biología, pero ha tenido que aprender a mayores la técnica del trabajo en resina.
«Diseño, maqueto, elaboro y envío yo todos las piezas», confirma esta bióloga artesana. «Hago pendientes, anillos, pulseras, collares y marcapáginas. De momento, lo que más demanda tienen son los pendientes», indica la joven empresaria. Cada pieza es única y también se le pueden encargar regalos personalizados y el distintivo es «hecho a mano y creado en Galicia».
Todas las flores, plantas y conchas que emplea para sus creaciones las busca en la naturaleza. Ella misma prepara la resina y, tras colocar las piezas a encapsular en los moldes, las cubre con ella. Veinticuatro horas después ya se completa el procedimiento. «Lo más difícil de trabajar con resina es el cuidado que hay que tener, ya que al ser un producto tóxico se debe evitar el contacto con la piel y usar mascarilla, además de que tarda en solidificar. Lo más divertido es que no tiene límites, puedes combinar flores, colores, conchas, todo lo que se te ocurra, y es genial para dejar volar la imaginación», señala María Freiría.
Hay tantas posibilidades como las que ofrece la naturaleza: «Utilizo casi siempre plantas de la zona, como el tojo, las margaritas, los botones de oro, las hortensias, los helechos y otras flores silvestres que recojo. Las conchas son de mejillón y caracolas principalmente». Ya ha tenido encargos exclusivos personalizados. «Obviamente no tengo todas las flores que existen, pero siempre conseguimos diseñar la idea», asegura.