Vigo tiene que habilitar un espacio para una planta específica de compostaje
09 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El año empieza con tareas pendientes que tendremos que abordar, por ejemplo, en lo referente a nuestros residuos urbanos y unos plazos de cumplimiento que no dependen de nuestra voluntad, sino que vienen dados por directivas europeas y su transposición a la normativa estatal. El elemento clave tiene que ver con la fracción orgánica, que representa nada menos que el 42 % del total.
La ley estatal de residuos establece en diciembre del 2023 (enero del 2024 en la europea) la fecha límite para que dicha fracción tenga que ser recogida de forma separada y mediante compostaje devolverla en forma de fertilizante a los suelos. Puede parecer que un margen de dos años es tiempo suficiente para tomárselo con calma, pero no lo es tanto si pensamos que la anterior directiva, la que exigía una recogida selectiva del 50 % de los residuos en el 2020, la incumplimos a nivel estatal, autonómico y local (y seremos sancionados por ello).
El plazo empezó a correr en el 2018 y desde entonces no hemos hecho nada salvo instalar unas decenas testimoniales de contenedores marrones en un par de barrios de la ciudad. Este proyecto experimental, como lo definió el Concello, no ofrece buenos resultados: los contenedores marrones están infrautilizados, en buena medida por carecer de una campaña educativa, y los residuos depositados en ellos, por la misma carencia de una campaña de educación ambiental, acumulan una cantidad excesiva de impropios, que es como se denomina a los residuos que no deberían depositarse en ellos.
Adaptarse a la normativa europea y estatal de residuos lleva implícito un coste, que va desde instalar en la ciudad los contenedores marrones con llave, camiones de recogida específicos, y traslado en tren diferenciado también para los biorresiduos. Esto implica que la actual concesionaria municipal de limpieza y recogida de residuos debe someterse a revisión para incorporar estas nuevas demandas, por ejemplo, instalar casi 2.000 nuevos contenedores marrones y todo lo que ello implica, y en ello estamos, pero también con calma.
En plenas Navidades el Concello anuncia que está preparando el nuevo pliego de condiciones para una nueva adjudicación (se descarta remunicipalizar el servicio) que unificará recogida y limpieza por un importe de 421 millones de euros en diez años. Nada menos que 42 millones anuales, a los que se añadirá lo que Sogama nos cobre por el compostaje. Son 42 millones de razones para tomarnos en serio la prioridad: reducir la cantidad de residuos que generamos.
Buena noticia
La buena noticia es que con semejante dineral, que en buena parte se invertirá en comprar nuevos equipos y contenedores, les adelantamos que conseguiremos las próximas cinco escobas de platino (son bianuales) y que conceden, casualmente, las empresas del sector.
Pero decíamos que la última fase consistirá en su compostaje en una planta específica, lo que nos lleva a otra pregunta ¿Y donde está esa planta que debería estar en la provincia, y a no más de 50 kilómetros de Vigo para minimizar el coste de transporte? No tenemos respuesta. Pontevedra ya tiene previsto habilitar su planta comarcal en la zona de Canicouva (Ponte Sampaio) y en Vilanova se anuncia el inicio de las obras para dar ese servicio a 23 concellos, pero con una estimación de tratamiento de 15.000 toneladas anuales de biorresiduos. Vigo, que produce más del triple (46.700 toneladas al año), no estará entre dichos concellos.
Tenemos solo dos años, estirando plazos al límite, para elegir una ubicación para esa planta de compostaje, realizar los trámites administrativos, estudios y proyectos y realizar las obras Tenemos poco tiempo y quizás ahora entendamos que la decisión municipal de no integrarse en el plan Revitaliza de la Diputación, que tantas veces pedimos sin éxito, fue un error.
La mayoría de los concellos de la provincia (más del 90 %) que se integraron hace años en dicho plan ya tienen buena parte de los deberes hechos. Pero no será esta la única novedad en la gestión de residuos, como veremos en próximas entregas.