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El adiós definitivo de Lombi

la voz VIGO

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RCD ESPANYOL

Una nueva rotura de cartílago y de menisco precipita la retirada de Anair Lomba después de tres lustros como referencia del fútbol femenino

25 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Anair Lomba, Lombi (A Guarda, 1989) dice adiós de un modo definitivo. La rodilla le ganó la última batalla y la jugadora guardesa del Espanyol se despide del fútbol al que volvió después de una primera retirada. A diferencia de aquella ocasión (en el año 2019), en esta no hay vuelta atrás después de que el cartílago y el poco menisco que le quedaban se volviesen a romper.

«En mi batalla permanente con mi rodilla ha vuelto a ganar ella», confesó en una emotiva conferencia de prensa de despedida en el campo del Espanyol en la mañana del lunes rodeada de toda la plantilla y de su familia. Los acontecimientos se precipitaron varias semanas atrás cuando, en un entrenamiento, se rompió nuevamente el cartílago y el poco menisco que le quedaba, detalló ella misma. «Quién me iba a decir que después de tantas luchas, no sería el cruzado lo que me retiraría», afirmaba con amargura. Fue la estocada definitiva para colgar las botas sin poder culminar su obra, la de devolver al Espanyol a la máxima categoría del fútbol femenino español.

En el adiós, la guardesa desveló cómo era su día a día para poder seguir jugando al fútbol con dolor. «Mis días se pasaban entre medicamentos para poder entrenar y pinchazos para aliviar un dolor que nunca se iba del todo», llegando a revelar que se había «acostumbrado a desayunar pastillas y vivir con el dolor», si bien últimamente ya era una situación insostenible. «No era capaz de caminar los días después de los partidos ni de estar bien para entrenar», indica. Eso le hacía pensar que el final estaba cerca, pero no imaginó que «no sería en el campo, luchando por un ascenso» que le «obsesiona» desde que, hace seis meses, el equipo perdió la categoría.

Lombi pasó por la base del Barcelona cuando tenía 15 años, luego regresó a casa para jugar en el Unión Guardesa dos después y, a continuación, se pasó seis temporadas en el Olivo vigués ante de dar el salto al Espanyol, en donde estuvo en dos etapas con un paso intermedio por el Valencia. Lombi tuvo palabras para los clubes y entrenadores que ha tenido a lo largo de su carrera, para su familia que le permitió cumplir el sueño y para su pareja, que le ha hecho sonreír en tiempos difíciles. «Te he regalado un descenso, dos retiradas en innumerables lesiones. Tu sonrisa me ha dado fuerzas cuando no me quedaban». Ahora, empieza otro camino.