El hospital lanza varios servicios de salud que la sanidad pública no ofrece
07 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El Hospital Povisa lleva meses en plena transformación. En las últimas décadas, el hospital privado más grande de Galicia se había centrado en atender, sobre todo, las necesidades que le pedía el Servizo Galego de Saúde. El concierto que regula sus relaciones, el único en Galicia por el que un centro privado es el hospital de referencia para parte de la población, venía ocupando en torno al 76 % de la actividad de Povisa, una de las empresas con más plantilla de Vigo. A mayores, tenía una cartera de clientes fijos que provenían de aseguradoras, accidentes laborales y de tráfico, y particulares. Ese 24 % de la cartera puramente privada ha variado poco en los últimos años, pero la dirección de Povisa aspira a que cada vez tenga más peso.
Por eso, lleva semanas lanzando nuevos productos para captar clientela privada, al margen de su actividad con el Sergas. Ya ha puesto en marcha al menos siete nuevas unidades. La última es la de chequeos médicos. Si alguien va a su médico de cabecera, no puede pedir que le hagan varias pruebas de revisión sin tener una sospecha diagnóstica, más allá de una analítica de sangre. Povisa ofrece ahora chequeos, con varios tipos de pruebas y prácticamente a la carta. Hay cinco propuestas, que cuestan entre 300 y 1.200 euros.
«Queremos dar una oferta complementaria a la de la sanidad pública, con servicios que no están en la cartera del Sergas», reflexiona el gerente de Povisa, Rafael Cabadas, «pero sin competir con los hospitales públicos». Se refiere a cuestiones como tratamientos estéticos o dentales, que están fuera del perímetro de la sanidad pública y que ahora el hospital vigués, propiedad del grupo valenciano Ribera Salud, está empezando a ofrecer para crecer en el ámbito privado. Muchos de estos servicios ya existen en clínicas particulares, «pero nosotros tenemos la garantía de que contamos con unos profesionales de muchísimo nivel para prestar estos servicios y de que aplicamos todos los estándares de calidad, excelencia y seguridad», insiste Cabadas.
La unidad de chequeos médicos, por ejemplo, la coordina el jefe de servicio de medicina interna, Javier de la Fuente. Si las pruebas que se hace el paciente están centradas en alguna especialidad concreta, como la neumología para revisiones relacionadas con el cáncer de pulmón, entonces interviene el servicio correspondiente del hospital.
Es un giro importante en la gestión de Povisa, que pasa a intentar fidelizar pacientes del ámbito privado. «Tenemos mucho recorrido en este ámbito», asegura el gerente, que prevé que la oferta seguirá creciendo. De entrada, además de la unidad de chequeos médicos y medicina preventiva, el hospital ha puesto en marcha una unidad de cirugía estética, otra de traumatología y ortopedia infantil, otra para las terapias de los ronquidos (roncopatías) y las apneas del sueño, otra para tratamientos de sexología masculina y femenina, otra para la cirugía de la obesidad y otra para odontología.
Para el ámbito privado, el hospital también ha reforzado en los últimos meses la asistencia a la pediatría y a los partos. Y abrió un covidauto en Balaídos, para recoger muestras para pruebas del coronavirus, pese a que el diagnóstico por PCR de los pacientes del área de Povisa están centralizados en el Sergas.
El hospital ya está preparándose para poner en marcha una unidad de cirugía cardíaca, que en el ámbito público solo existe en los hospitales de Vigo, Santiago y A Coruña. Además, en las últimas semanas ha logrado activar por fin el nuevo acelerador de radioterapia, para los tratamientos de oncología tanto de la pública como de la privada, después de un año esperando.
El 2021 mantiene las pérdidas y es el séptimo año consecutivo en número rojos
Además de la oferta sanitaria, están las cuentas. El hospital aspira a que su parte de sanidad privada sea especialmente rentable. Todas las empresas, por definición, aspiran a ganar dinero, Povisa también. Pero arrastra pérdidas contables desde el año 2015. El concierto vigente con el Sergas es de septiembre del 2014. Aunque el gerente prefiere no analizar en este momento la situación del concierto, el hospital nunca ha escondido que este contrato le ha reportado pérdidas desde que se firmó. Estos resultados negativos le llevaron a entrar en preconcurso de acreedores en el 2018 y, aunque no fueron el motivo principal, sí contribuyeron a que la familia Silveira (Grupo Nosa Terra) tomase la decisión final de vender el hospital a Ribera Salud en el 2019.
Aunque dé pérdidas, el concierto con el Sergas es lo que permite a Povisa tener una estructura con la que no cuenta ningún otro hospital privado en Galicia, con una oferta que incluye prácticamente todas las especialidades médicas y quirúrgicas. Gracias a ella, la parte privada es la que esta llamada a generar negocio. «Queremos compensar los resultados del hospital», reconoce Rafael Cabadas al hablar de los nuevos servicios. Las cuentas del 2021 todavía no se han aprobado, pero el máximo dirigente del hospital admite que el resultado estará aparecerá, de nuevo, en números rojos. Tendrá menos pérdidas que el 2020, pero son siete años seguidos en negativo. El 2019, el año de la compra por Ribera Salud (diciembre), el hospital declaró unas pérdidas de 3,2 millones de euros después de impuestos. El 2020, marcado por el confinamiento para parar el coronavirus, fueron de 3,7 millones.