La oficinista del Sergas acusada de espiar el historial médico de su hija: «Ella estaba muy mal y yo haría lo que fuese»

E. V. Pita VIGO

VIGO

M.Moralejo

La acusada, juzgada por tercera vez tras dos absoluciones, alega que su hija sufría malos tratos de su novio cocainómano y ellas mantenían una relación «muy complicada»

25 abr 2022 . Actualizado a las 17:38 h.

La administrativa del Sergas juzgada por tercera vez por espiar el historial médico de su hija, víctima de malos tratos y con problemas de salud alimentaria, alegó en el juicio que «ella estaba muy mal y yo haría lo que fuese por ella». A pesar de esta argumentación, la Fiscalía, al final del juicio, mantuvo su petición de cuatro años de cárcel y multa de 7.000 euros por un delito continuado de descubrimiento de secretos por parte de funcionario.

La madre solo contestó a las preguntas de su abogado, del bufete Salceda & Abogados, en la vista que se ha celebrado esta mañana en la quinta sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo. Ya fue absuelta dos veces pero el Tribunal Superior de Xustiza anuló ambas sentencias y ordenó repetir esos juicios. Debido a que la sala viguesa se consideró como «contaminada», los magistrados que conforman el tribunal proceden de otra ciudad. 

La madre, que tiene otros dos hijos, trabajaba como administrativa en el servicio de admisiones en el hospital Xeral-Cíes de Vigo desde 1989. Asegura que sus tres hijos le hacían peticiones para que ella les consultase sus expedientes clínicos en la red de ordenadores del Sergas. Lógicamente, no se lo pedían por escrito y se daba por hecho el consentimiento. Su hija la denunció por haber accedido a su historial clínico 101 veces entre el 2012 y el 2014, aunque su permiso solo es de lectura. Ella dice que ese número de entradas es «excesivo» y cree que hay duplicidades de accesos porque el sistema se cerraba si la interrumpía una llamada o un compañero. 

La madre insiste en que siempre actuó con el consentimiento de su hija, que pasaba una mala racha. En esa época, la hija se había ido a vivir a Canarias con su novio, que según la madre consumía cocaína, y al que luego denunció por malos tratos aunque luego se reconciliaron. La madre, que se había quedado viuda, acogió en casa a su hija tras la ruptura con su maltratador, y ambas mantenían una relación complicada y difícil. «Ella tenía problemas psiquiátricos, me pedía analíticas y consultas sobre medicación, me decía que no tenía ilusión por vivir», añadió. 

Por su parte, la hija se ratificó en sus quejas de que la madre era una mujer controladora que estaba obsesionada por vigilar su vida, descontenta porque se había independizado y marchado de casa para convivir con su novio en Canarias. Insistió en que ella no permitió a su madre que hiciese la mayoría de esos accesos a su historial.

También declararon peritos del Sergas y testigos que solicitó la defensa. En total, del centenar de accesos al historial estarían probados una treintena, alega la defensa, que sostiene que fueron realizados con autorización de la hija.

La defensa quiso impugnar un listado del Sergas de accesos informáticos al historial de la hija hasta el 2012 donde, al parecer, figura el nombre de la madre como usuaria que abrió la hoja desde su puesto de trabajo. El último recuento fue realizado por peritos del Sergas que, esta vez, solo detectaron 25 accesos. Los letrados replican que la prueba presentada está viciada porque, según la normativa de la Agencia Española de Protección de Datos, el nombre del funcionario que ha operado desde el ordenador solo lo puede facilitar el Sergas con una orden judicial. Lo que concluyen es que de 101 accesos supuestamente ilícitos se rebajó a 68 y ahora a 25, a parte de que la prueba esté viciada. El tribunal decidirá en sentencia sobre este asunto.

La Fiscalía se ratificó en sus conclusiones y confirmó su petición de cuatro años de cárcel para la madre por un delito de revelación de secretos por parte de funcionario. La trabajadora era personal estatutario.

La hija reclama una indemnización de 15.000 euros por responsabilidad civil.