Actuarán el sábado, a las 22.00 horas, en el festival Vive Nigrán
13 jul 2022 . Actualizado a las 12:52 h.María Talaverano, Paola Rivero y Alicia Ros —componentes de Cariño— se presentaron como una formación de tontipop, una vertiente del pop indie. Tras Excusas, en abril publicaron un segundo LP homónimo, donde, con un sonido con más capas, mantienen su aire adolescente y nostálgico con letras propias de una generación que ha derribado prejuicios sobre salud mental o sexualidad. Talaverano responde a las preguntas de este periódico de cara al concierto Vibra Mahou que darán el sábado a las 22.00 en el festival Vive Nigrán .
—El segundo álbum, y no el primero, es homónimo. Dicen que es porque han metido más mano en la producción. ¿Qué define el sonido de Cariño?
—Pues, en realidad, es la misma premisa: llorar bailando. Son canciones bastante animadas las que tienen letras tristes. Este tiene muchos más sintetizadores. Antes era solo una guitarra, un bajo y unos teclados, ahora la producción tiene más capas y es más compleja.
—¿Qué ha cambiado desde que decían que hacían tontipop?
—Yo creo que la esencia es la misma. Obviamente tenemos más experiencia. La estructura puede ser más compleja, pero la esencia, los ritmos y las letras siguen siendo iguales.
—Hay un gran número de títulos tristes camuflados dentro de un sonido luminoso. ¿Es una forma de sanar los sentimientos negativos?
—Yo creo que, en general, cuando expresas, dices algo y lo materializas, de alguna forma, ya se hace presente y se hace más fácil sanarlo. Yo escribo porque me sana, aunque sea con un ritmo triste. Cuando son felices ni siquiera se sienten tan mal.
—¿Es reflejo de una pandemia? Gran parte de los temas los han escrito durante este tiempo…
—Hemos intentado que no nos influyese mucho. No queríamos hablar de ello. La única frase que decimos es en Año de mierda, en donde nos referimos al 2020, pero, aunque no hablemos explícitamente de eso, ha estado presente. Además, yo estaba con depresión y eso queda reflejado.
—Muestran con naturalidad sus problemas de salud mental y su sexualidad. ¿Son partidarias de naturalizar?
—Sí. Al final, hablamos de lo que vivimos. No buscamos ser activistas de un tema en concreto, sino que lo usamos para sanar nuestras propias emociones. Yo soy lesbiana y tuve depresión y eso se refleja en los temas.
—Es un disco de primeras veces. Lo han masterizado fuera, han introducido nuevos instrumentos y la de Paola es voz principal en dos temas. Incluso se han atrevido a combinar reguetón y pop…
—Ha sido todo muy natural. A veces hacemos cosas muy diferentes y parece que es todo muy pensado porque queremos retarnos. No pensamos «queremos hacer un reguetónpara el disco». Son cosas que no buscamos. En el caso de Bonus trap, Paola propuso por WhatsApp hacer un reguetón, en cinco minutos escribí la letra, Alicia respondió con otra por notas de voz y dijimos: «Ah, pues lo metemos». Para el siguiente disco queremos meternos más en local porque este lo hemos hecho, principalmente, a distancia.
—¿Ha sido fácil crear los temas a distancia?
—Sí, a mí me gusta mucho escribirlo así. Cuando estoy en estudio o con gente no me concentro tanto.
—¿Reharían alguna canción de Cariño?
—El reguetón lo alargaría [risas].
— En el Vive Nigrán comparten cartel con Rigoberta Bandini, finalista del Benidorm Fest. Mandaron una propuesta este año, Si quieres, el primer sencillo del álbum. ¿Se plantean repetir?
—Pues de momento no, la verdad. No creo [risas]. Si luego sale algún tema que creamos que pueda encajar, igual… Pero de momento no.