La gestora agotó su mandato hace dos años y es necesario rehacer el censo de voluntarios para votar; un nuevo grupo intenta reorganizar al colectivo
08 ago 2022 . Actualizado a las 23:44 h.La presencia de Protección Civil en Vigo es testimonial desde hace más de dos años. Este verano prestan servicio en las playas con dos lanchas, que implican cuatro voluntarios, y un conductor de apoya para traslados. A mayores, pudo vérseles en los conciertos de Castrelos y de la plaza de Compostela, pero con una presencia reducida. Y es que del censo formado por más de un centenar de voluntarios, la mayoría ha dejado de prestar servicio por desmotivación o pertenencia a grupos internos enfrentados entre sí. A mayores: la agrupación de voluntarios de la primera ciudad de Galicia en población está dirigida por una gestora cuya capacidad de mando caducó hace dos años, sin que en este tiempo se diera un relevo en un clima de concordia.
La solución al problema de la gestora implica una actuación de calado que por ahora sigue sin llegar. Consiste en rehacer el censo de voluntarios actual, que está obsoleto porque no pocos de sus integrantes hace dos años, o más, que se desentendieron de Protección Civil y no acuden a la petición de servicios que requiere la agrupación. Cuando ese censo se actualice con los voluntarios que sí siguen implicados, se podrá votar. La gran incógnita para por saber qué número de voluntarios tendrá el censo cuando se aparte a los desvinculados. Explican en la agrupación, voluntarios que sí están implicados, que uno de los grandes problemas son los bandos internos que perduran desde hace demasiado tiempo. Incluso, añaden los integrantes consultados, hay contraordenes dadas por esos bandos para que otros integrantes no acudan a los servicios para los que son requeridos.
Protección Civil, desde hace un mes, vive un proceso de cambio con nuevos responsables avalados por el Ayuntamiento de Vigo. Se trata de un equipo de cinco personas con mucho trabajo por hacer, empezando por restablecer el censo de voluntarios para poder convocar elecciones e instaurar un órgano de mando legítimo. Añaden los voluntarios consultados que existe un problema de hartazgo por la prolongada situación interna que atraviesa el colectivo: «Hay que volver a hacer piña, crear un sentimiento de familia y dejar atrás los enfrentamientos internos, que muchas veces tienen su origen en cuestiones de ego que llevan demasiados años ocasionando la desarticulación de Protección Civil».
Pero más allá del escenario actual interno, la realidad es que Vigo no cuenta con un servicio público que el resto de ayuntamientos de Galicia, ya sean villas o ciudades, se preocupa de mimar. La base actual de Protección Civil está en Pi y Margall, un inmueble deteriorado con problemas de humedad; una situación llamada a resolverse con la inauguración del nuevo parque de bomberos, a donde se trasladará Protección Civil. La situación también lleva tiempo flotando en el tablero político del Ayuntamiento. Marea de Vigo, en el 2018, ya presentó una moción para solventar un problema que genera mala imagen a la ciudad. Su portavoz, Rubén Pérez, también recuerda que todos los concellos con más de 50.000 vecinos tienen la obligación de cuidar y promover estas agrupaciones. También el BNG, el pasado junio, reclamó al Gobierno local que convoque elecciones para desbloquear la situación de inactividad.