El Gobierno ha ignorado en los PERTE las demandas de la automoción, el naval y la pesca, pese a su delicado momento
02 ene 2023 . Actualizado a las 14:30 h.Que las cosas funcionen bien en Vigo depende de la automoción, de la pesca y del naval. El 2022 lo ha dejado muy claro. Los grandes proyectos de la ciudad para aprovechar la lluvia de millones de fondos europeos y marcar el futuro de su economía son aspiraciones de la industria. La transformación del tejido productivo en el sur de Galicia pasa por el motor y el mar. Pero a Vigo le toca esperar mientras sufre alguna fuga. La ciudad más industrializada del noroeste cerrará este ejercicio sin haber amarrado ningún proyecto de envergadura.
El propio alcalde reconocía este jueves, en su balance anual, que el sector privado atraviesa momentos de dificultades, y ponía de ejemplo la crisis de los chips y la desaparición del histórico astillero Barreras. El regidor socialista Abel Caballero, con mayoría absoluta y presidente de la FEMP, no parece haber tenido una gran capacidad de influencia en el reparto de ayudas.
El pasado noviembre, Volkswagen anunció que finalmente aceptaría el PERTE eléctrico para construir una fábrica de baterías. El Gobierno prevé movilizar 397 millones de euros para la localidad valenciana de Sagunto. El grupo de automoción alemán pondrá de su bolsillo hasta los 3.000 millones que exigen la construcción de esta gigafactoría. La situación del municipio levantino, de 68.000 habitantes, dista mucho de lo que ocurre en Vigo, de casi 300.000. El segundo mayor grupo de la automoción del mundo, Stellantis, propietario de la mayor fábrica de coches de España, la de Balaídos, no ha asegurado este año su futuro a partir del 2026. Los gestores del plan de recuperación no concedieron las ayudas para la plataforma con la que esta compañía quiere fabricar vehículos eléctricos urbanos de última generación. Se está librando un pulso entre el Gobierno y la multinacional, que lamenta mayor flexibilidad en los PERTE a la hora de comprometer ingentes inversiones y proyectos de futuro. En juego está el tejido productivo del área de Vigo.
En el caso de la pesca, la patronal de la conserva, Anfaco, y su homóloga en productos congelados, Conxemar, tampoco han arañado ni un euro para la transformación de su industria con la sostenibilidad y el ahorro energético como ejes de su inversión. El conjunto de todos estos asociados facturan más de 11.200 millones de euros a nivel nacional, con importantes aportaciones del tejido empresarial vigués. Anfaco y Conxemar rogaron «excepcionalidad» para el PERTE del sector agroalimentario —valorado en 1.027 millones, solicitaban 300— porque el Ministerio solo valora los proyectos de I+D. El pasado miércoles, solicitaron una nueva convocatoria de ayudas europeas por valor de 400 millones. Ocurrió el día en que el Gobierno apostó por establecer el IVA superreducido en una serie de alimentos considerados básicos, entre los que no se encontraban ni el pescado ni los productos de la industria transformadora del mar. Otro jarro de agua fría para las ventas y la comercialización de un sector de arraigadísimo liderazgo.
La industria del mar, en su dimensión científica, también se ha quedado sin la sede del Instituto Español de Oceanografía (IEO). El Gobierno decidió traspasar las oficinas centrales a Santander, Murcia y Madrid, pese a que la ministria de Ciencia considera a Vigo como la «sede de la flota científica de España». Compensaron a esta ría con un foro sin peso investigador que se celebró el pasado 1 de diciembre.
El ejercicio del naval, industria restante que mantiene el ritmo productivo de la ciudad, ha estado marcado por el cambio del mayor astillero privado de España, Hijos de J. Barreras, de manos viguesas a capital asturiano. El grupo Armón se hizo con la mayor unidad productiva de la ría. Mientras, Factorías Vulcano languidece ante la falta de pedidos. En este contexto, Freire y Armón se han hecho con el liderazgo de la construcción naval.
El PERTE del naval también se hizo de rogar. Pese a que el Gobierno prometió publicar las bases antes del verano, la primera convocatoria se abrió la semana pasada. Xunta y Pymar estiman «insuficientes» las ayudas. En cualquier caso, los millones habrán de repartirse con otras comunidades. Se financiarán los proyectos de sostenibilidad, digitalización y formación.
El Ministerio de Transportes da carpetazo a la conexión ferroviaria del puerto, clave para los empresarios
Otra decepción para buena parte de la industria de Vigo ha sido la reciente decisión del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana sobre la conexión ferroviaria de la terminal portuaria de Bouzas. El 21 de diciembre, el Gobierno organizó una reunión para abordar la salida sur a la que no fue convocado el presidente de la Autoridad Portuaria. Jesús Vázquez Almuiña defiende la comunicación por tren de la terminal de carga rodada. Vigo es el puerto de interés general de España que menos emplea el ferrocarril para el movimiento de mercancías, pese a los reclamos de Europa para fomentar este medio.
En cuestiones ferroviarias, el Gobierno ha decidido aparcar temporalmente la conexión por tren de Bouzas, pese a que sus muelles registran el mejor ritmo a nivel nacional en envíos de vehículos gracias a la actividad de Stellantis Vigo, la planta más productiva del grupo en Europa y para la que trabajan medio centenar de empresas auxiliares del sur de Galicia. Que el tren llegue a Bouzas era un proyecto clave. Almuiña defiende que su ausencia «afectará negativamente al puerto de Vigo y al corredor atlántico», así como teme que muchas empresas opten por la deslocalización hacia otros entornos portuarios del norte de la península o de Portugal por la falta de infraestructuras en la terminal olívica.
La Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP) considera que «no es de recibo» que este proyecto siga en standby y que la falta de tren en la terminal de carga rodada contribuirá a crear una ciudad «incomunicada y periférica».