Quintas, la «rara avis» del Cangas

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Oscar Vázquez

Liga Asobal Capitán y pivote del equipo de Nacho Moyano, con cuatro años en O Gatañal, se inició en el balonmano en Ourense, una tierra sin apenas tradición

17 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Juan Quintas (Ourense, 1995) demostró que el talento para el deporte, con independencia del arraigo de la disciplina, está en el lugar más insospechado. Por eso este ourensano que se enamoró del balonmano en su colegio del barrio de A Ponte echó raíces en la Liga Asobal y luce el brazalete de capitán del Cangas después de cuatro años en O Gatañal y tras pasar por el Octavio y el Teucro, con el que debutó en la máxima categoría antes de recibir la llamada de Nacho Moyano.

«Falo con xente que me pregunta polo de Ourense, pero eu sempre tiven claro que quería xogar ao balonmán, que era o que me gustaba, o que me facía sentir ben e dábaseme ben», comenta Quintas para explicar sus principios en el mundo del balonmano en una tierra en donde el fútbol y el baloncesto eran predominantes.

Del equipo del colegio pasó al Pabellón en infantiles, a los 18 años recibió la llamada del Octavio y, aunque apenas estaba a 100 kilómetros de casa, le costó dar el sí. «Sempre fun moi familiar, pero cando recibín a chamada do Octavio, decidín dar o paso. En Ourense había moitas limitacións e se quería xogar a isto, tiña que dar o paso». El pivote acertó de pleno, porque en el conjunto vigués comenzó a crecer y en el Teucro dio el estirón definitivo. «En Pontevedra foi onde empecei a darme de conta que isto podía ir máis en serio».

El siguiente paso fue la llamada de Nacho Moyano, recién aterrizado en Cangas. «Dixo que estaba facendo un proxecto de xente nova e a min encaixábame por completo», recuerda. Por eso no dudó en aceptar, desvelando además que «Cangas é o sitio no que sabes que queres estar algún día, porque xa sabía que era un sitio espectacular polo que animaba a xente. Cando viña xogar de visitante tiña un pouco de envexa», admite.

Diversos trabajos

Durante la travesía, y aunque ahora se dedique al balonmano a tiempo completo (además de cuidar a su hija), Quintas ha mezclado estudios y trabajos. Empleos para completar el sueldo y, en algunos casos, con horarios poco recomendables para un deportista de élite. «Nunha época compaxinaba, entraba a traballar ás cinco da mañá e saía ás nove para poder ir adestrar, pero aquilo era unha tolemia», rememora.

Los estudios los realizó con vistas al futuro. «Fixen un ciclo de actividades deportivas na natureza, logo empecei TAFAD, logo un ciclo de nutrición e adestrador persoal. Hai que facer cousas, porque algún día vai abar o balonmán e hai que estar preparados».

Siempre en Asobal

Desde que llegó a Cangas, Quintas siempre ha celebrado la permanencia. «Sabemos que somos un equipo limitado polo presuposto, pero sempre damos a cara e deixámonos a vida en cada adestramento», comenta tirando de galones de capitán, un brazalete que heredó de su maestro Dani Cerqueira. «Del aprendín moitísimo e o que intento dar é o reflexo que daba el. Intento seguir os seus pasos», dice sin vacilar.

Especialista defensivo, pero cada vez más animado en ataque, no esconde que en Cangas aprendió mucho a nivel técnico y táctico de Nacho Moyano y creció como persona «con compañeiros 12». De la mano todos ellos, hicieron la machada de derrotar al Bidasoa en la pasada jornada y mañana repiten en casa para intentar dar un paso de gigante ante el Benidorm.