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La crocosmia sigue expandiéndose mientras se analiza si cura la diabetes
07 mar 2023 . Actualizado a las 00:47 h.Hoy queremos presentarles a una especie para añadir al catálogo de especies exóticas invasoras: la crocosmia o tritonia (tritonia x crocosmiiflora para los íntimos). Se trata de una planta herbácea, de entre 50 centímetros y un metro de altura con hojas largas en forma de lanzas y unas llamativas flores de tonos naranja que crecen agrupadas al final de un largo tallo. El nombre de crocosmia tiene que ver con la palabra griega que describe el azafrán, y aunque nuestra amiga no tiene nada que ver la referencia, tiene su base en que sus flores maceradas recuerdan vagamente el olor del azafrán.
Nuestra amiga es originaria de la región del Cabo, en Sudáfrica, y la respuesta a la pregunta de cómo llegó hasta aquí, tan lejos de su área natural de distribución, tiene que ver con sus atractivas flores que la hicieron una especie interesante como planta ornamental. Como suele suceder con las especies invasoras pronto se salieron del tiesto, literalmente, y confundiendo libertad con libertinaje fueron ocupando cada vez más espacio desplazando simultáneamente a las especies autóctonas. En los años 80 del siglo pasado llegaron las primeras noticias de que la crocosmia ya se reproducía asilvestrada en libertad en zonas del norte, y no tardaron mucho las noticias de su presencia en el entorno de Vigo y en general por todo el sur de Galicia.
Su carácter exótico les proporciona una ventaja competitiva con la flora autóctona, al carecer de depredadores naturales que puedan limitar su expansión. Aunque recordemos que no todas las especies exóticas, de las que estamos literalmente rodeados (piensen en el tomate, patata, maíz, pimiento, etc) son necesariamente invasoras. Al crocosmia apenas le afectan un poco las arañitas rojas (tetranychius) Nuestra prima invasora, tal y como la conocemos, es el resultado de un híbrido entre dos especies de su misma familia (crocosmia aurea y crocosmia potsii) que se realizó en Francia con fines de jardinería hace casi siglo y medio; lo que dio como resultado una variedad más resistente y, por tanto, con mayor potencial invasor; de hecho, originariamente era muy sensible a las heladas invernales, que aunque terminaban con su parte aérea no les impedía regenerarse gracias a sus raíces y bulbos subterráneos. Pero cada vez resisten mejor el frío (y la emergencia climática reduce las heladas) y ya las podemos ver perfectamente adaptadas al clima en cualquier época del año.
A nuestra amiga le gustan los suelos no encharcados pero con bastante humedad, por lo que en las proximidades de ríos y regatos encontró su hábitat ideal para instalarse. En general, se considera que sus semillas son poco fértiles, pero se extiende gracias a la multiplicación vegetativa; es decir, a través de fragmentos de sus tallos u hojas, por lo que si las queremos erradicar es importante recordar que tendremos que eliminar sus partes subterráneas y revisar la zona en la primavera y verano siguientes por si algún pequeño fragmento volviera a enraizar y desarrollar plantas nuevas. Es importante recordar también, por el mismo motivo, que nunca se deben tirar trozos de esta planta en la naturaleza. Como no todo va a ser malo, y recordemos que la crocosmia, como el resto de especies invasoras, no tiene la culpa de que nuestra especie las desplace de un sitio para otro, anotemos que actualmente se están desarrollando estudios prometedores sobre el uso potencial medicinal de la crocosmia para combatir la diabetes.