Ganomagoga: de hacer el mayor parque de biomasa de España a hundirse por el acero

Alejandra Pascual Santiago
alejandra pascual VIGO / LA VOZ

VIGO

Trabajadores de Ganomagoga ante la fábrica de Ponteareas
Trabajadores de Ganomagoga ante la fábrica de Ponteareas Oscar Vázquez

En apenas cuatro años, el grupo industrial vigués ha pasado de facturar más de 20 millones a enfilar su cierre por los costes materiales y energéticos

29 mar 2023 . Actualizado a las 16:36 h.

Resulta paradójico que una de las firmas pioneras en la fabricación de torres eólicas en España se vaya a pique en pleno auge del sector. El grupo gallego Ganomagoga, con plantas en Ponteareas y en Mos, se hizo grande este siglo produciendo molinos de viento, así como diseñando y exportando la maquinaria que se emplean en otras factorías que también los producen, como Siemens o General Motors. Sin embargo, el proyecto fundado por Cándido González en el 1975 enfrenta el cierre en pleno aumento desenfrenado de las materias primas —en especial el acero, que representa un porcentaje altísimo de la estructura de los eólicos— y de la electricidad, motor de la soldadura. El margen de beneficios de contratos industriales que se prolongan durante años se ha estrechado, aprieta, y la compañía metalúrgica enfila ahora el cierre.

Hace apenas cuatro años que Ganomagoga fue una de las empresas escogidas por Acciona e Imasa para construir el mayor parque de biomasa de Greenalia en España, en Curtis. Por un pedido valorado en cinco millones de euros, aportaría la parte de triturado, cribado, almacenamiento, muestreo, pesaje de camiones y suministro a caldera. Facturaba entonces unos 20 millones de euros. La deriva empresarial hacia un concurso de acreedores y el despido de sus 200 trabajadores, como avanzó la dirección a la plantilla, está directamente influida por la falta de previsión de fluctaciones tan relevantes en los precios de las materias primas como las ocurridas en el 2021 y el 2022. También realizaron importantes inversiones en el 2019, como la compra de la factoría de Wärtsilä en O Porriño (1 millón de euros) y la ampliación de la planta de Ponteareas (3,1).

El margen de beneficios en la industria se volvió una quimera. El acero, por ejemplo, ha alcanzado los 1.500 euros por tonelada (en el 2017 eran 680 euros) y el coste de la electricidad ha damnificado incluso más la situación. Así lo revelan fuentes conocedoras de la situación que atraviesa Ganomagoga, que advierten que no es la única empresa del sur de Galicia que tiene ante sí un horizonte de incertidumbre. Todo ello a pesar del tamaño de los clientes del grupo metalúrgico vigués, como Stellantis, Ence, Gri Towers o Vestas.

Cándido González, en el 2017, insistía en la necesidad de controlar los precios de los materiales ya que una empresa como la suya «vende para el mercado internacional, como Sudáfrica y Estados Unidos» y que la sombra de China amenazaba su sector.

Ya en el 2021, comenzó el deterioro de dos empresas del holding, que agrupa a un total de siete sociedades. Según las últimas cuentas auditadas de Servicios Metalurgicos Especializados, dedicada a la calderería gruesa y fina, el beneficio fue de 40.000 euros en negativo. Por este motivo, «el órgano de administración ha tomado la decisión de dejar sin actividad la sociedad a partir del ejercicio 2022». Otra de ellas, Aplimega, terminó también el 2021 con 440.000 euros en negativo. La gerencia «está estudiando una estructura de costes más adecuada para solventar este desequilibrio entre ingresos y gastos», indica el informe empresarial.

La firma principal del grupo redujo su cifra de negocios hasta los 13,6 millones en el 2021, con 404.000 euros de beneficios.