Una tierra salpicada por miles hórreos

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

Los canastros de más de 100 años están protegidos porque son bienes de interés cultural en Galicia

13 mar 2023 . Actualizado a las 23:37 h.

Canastro, cabana, canizo, piorno, sequeiro, celeiro o paneiras son algunos de los otros nombres que se dan en Galicia a los hórreos. Es, probablemente, el elemento más característico del paisaje gallego y su antigüedad, con otras funciones y formas, nos lleva a la mismísima Roma, dónde eran denominados granarium horreum. En Galicia experimentaron un cambio importante cuando, a partir del siglo XVII, comenzó a llegar el maíz americano. Fue entonces cuando adquirieron esa forma longitudinal y un sistema de ventilación para asumir la función de secadero de maíz. Así su auge llegará con el nacimiento del siglo XIX. A partir de entonces, la antigua madera será sustituida por la piedra que tallarán los canteros.

El catálogo etnográfico del Concello de Vigo contabilizaba hace años la existencia de 1.744 hórreos en suelo vigués, una cifra que seguramente se ha visto reducida en la actualidad, aunque hay que señalar que los canastros de más de cien años están protegidos por la ley debido a que fueron declarados bienes de interés cultural ya hace algún tiempo.

En Ponteareas, otro de los municipios del área viguesa con mayor número de estos elementos agrarios, están catalogados en el Plan Xeral 1.390. Algunos de ellos superan los doscientos años de antigüedad, como son los casos de cuatro sequeiros de madera existentes en Moreira (Vilanova y Rañe), tres en Angoares (A Valboa y Picón), uno en Chan (Bugarín), otro en Barrio de Costa (Guláns) y el último en Puzo (San Mateo de Oliveira).

Estos longevos hórreos son de madera y están apoyados en pies de piedra, todos dotados de un elemento denominado tornarratos, destinado a evitar el ascenso de roedores. En el sur de la provincia hay un tipo de cabana, construido en madera, denominado Tui. Se distinguen por tener un tejado volado para proteger la cámara de la lluvia.

La siguiente evolución cronológica del hórreo se denomina mixta, al añadir la piedra al armazón que sujeta los cierres de madera. En el catálogo etnográfico de Vigo se señala que es la tipología más presente en el municipio, alcanzando el 70 % del total.

Pero son los hórreos totalmente construidos en piedra los que mejor han aguantado el paso del tiempo. Lo habitual en estos modelos es que cuenten con 6, 8 o 10 pies, con distintas variantes de tornarratos.

Ya a partir del siglo XX aparecen algunos hórreos construidos combinando los ladrillos y el cemento, o construidos sólo en uno de estos materiales. Algunos de estos elementos son el resultado del aprovechamiento de hórreos de madera que, con el paso del tiempo, se cambió ésta por esos materiales más fáciles de trabajar.

No todos los municipios del área de Vigo cuentan con catálogos patrimoniales por lo que es complicado conocer la cifra exacta de estos elementos. Si sabemos que en Baiona se han contabilizado 423 hórreos, mientras que en Mos son 243 los que se reparten por las distintas parroquias. En este último municipio se sitúan varios conjuntos, como ocurre en Reguengo, A Veiga do Muíño, Cabaleiros, A Carballeira o Enville.

Tomiño también se singulariza por un tipo de hórreo. El blog https://horreosdegalicia.com recoge un ejemplar situado en Vilar de Matos, parroquia de Forcadela, construido en madera y piedra, cuya parte inferior se utiliza a modo de alpendre. Cualquier persona interesada en los hórreos tiene en este blog un punto de referencia ineludible para conocer los diferentes tipos, sus ubicaciones y referencias sobre su estado de conservación.

De ese mismo blog se puede apreciar en la parte superior un ejemplar de hórreo de madera, por lo tanto el más antiguo, situado en la parroquia tomiñesa de Barrantes, en el lugar de Solvado. La fotografía también ha sido cedida por blog https://horreosdegalicia.com.

En Aldán, en Cangas, también se pueden apreciar distintos tipos de estos elementos de almacenamiento de grano. Hay uno de tan solo dos pies y otro está a pie de playa, como ocurre en el municipio de Combarro. Hay una pintura de Juan Martínez Abades realizada en 1892 en O Berbés que se aprecia la existencia de un hórreo junto a la antigua playa, más o menos, donde hoy en día está la entrada al aparcamiento subterráneo. El cuadro pertenece a la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza y está, en préstamo, en el Museo Carmen Thyssen Málaga.

Los hórreos más suntuosos suelen llevar elementos de ornamento, especialmente situados en sus partes superiores. Los más comunes son los arciprestes o pinchos y las cruces de piedra. Son menores en número los panizos que presentan relojes de sol construidos en piedra. Suelen situarse sobre las puertas de acceso. También es común que se localicen grabados y marcas de cantería en diferentes partes, incluso, a veces, aparecen motivos florales.

La mayor parte de estos elementos tradicionales han perdido actualmente su función, quedando, en la mayor parte de los casos, como elementos decorativos. Sin embargo, los hórreos catalogados como bienes de interés cultural deben ser conservados por sus propietarios. Incluso, la Xunta de Galicia establece que durante un mínimo de cuatro días al mes durante, por lo menos, cuatro horas al día, puedan ser visitables.