Una hora de viaje en los autobuses de Vitrasa para cambiar de hospital

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

Usuarios de otros concellos piden un servicio que una el Cunqueiro con Vialia

01 may 2023 . Actualizado a las 22:58 h.

El Concello de Vigo pagará 400.000 euros a una consultora para que rediseñe un nuevo modelo de transporte público urbano que establezca unos circuitos, paradas y horarios de los autobuses urbanos que se adapten a las necesidades reales de los ciudadanos. Una de las asignaturas pendientes que deberán tenerse en cuenta en ese contrato es la mejora de las comunicaciones con el hospital Álvaro Cunqueiro, que son motivo de quejas, no solo de los usuarios, sino también de los propios trabajadores que están con las manos al volante y se dan cuenta de que el servicio tiene mucho que mejorar. Por ejemplo, el tiempo que tarda la línea que une el hospital Meixoeiro con el Álvaro Cunqueiro

El 12B emplea una hora y nueve minutos en hacer el recorrido entre ambos centros hospitalarios, cuando en un coche no llevaría más de 15 minutos. Se trata de un servicio demandado por los usuarios porque es habitual acudir al Meixoeiro para una cita o una prueba y tener otra el mismo día en Beade, o viceversa. Por ejemplo, los enfermos de cáncer tienen las sesiones de radioterapia en el Meixoeiro y la quimioterapia en el Cunqueiro.

Una mujer embarazada comentaba el jueves pasado en la parada del Cunqueiro que había ido al Meixoeiro a hacerse una prueba de glucosa y después no llegó puntual para hacerse una ecografía en Beade porque el bus tardó «una hora y pico».

«Meter el 12B por Matamá no tiene mucho sentido. Es una excursión, cuando veo a una persona mayor ya se lo advierto. La gente lo coge y no pregunta, pero si lo hacen les digo que coja el 13 a la Praza de América y, de allí, un H2, porque es lo más rápido y directo», afirma Rosa Martínez, delegada sindical. Cuenta que hay pasajeros que acaban mareados, e incluso vomitando al hacer un trayecto que les resulta demasiado largo y pesado.

Desde la zona de Guixar, el H3 tarda 40 minutos en completar el recorrido en sus dos únicas frecuencias.

Otra circunstancia que muestra que Vitrasa no se ha adaptado a los cambios que ha experimentado la ciudad en los últimos tiempos es que no haya ningún autobús que salga de la nueva estación de autobuses de Vialia hasta el hospital de Beade. Es una situación que afecta sobre todo a personas mayores que llegan de otros municipios hasta la estación intermodal. Los conductores observan que, además, son personas que solo acuden a Vigo cuando les toca una consulta médica y pagan el billete en efectivo, lo que no les da derecho a hacer transbordos gratuitos.

Su alternativa es subir caminando hasta el cruce de Llorones y allí tomar el H2, o bien bajar a la calle Colón para subirse al H1 si es un día laborable, o el 12b. Esta situación no ocurría cuando la estación de autobuses se encontraba en la calle Martínez Garrido, donde la conexión era más cómoda. Los usuarios tenían cerca la parada del H2 en la calle Gregorio Espino, o bien el 12b, que cuenta con una parada en la Avenida de Madrid.

Carencia de horarios

Los horarios disponibles tampoco satisfacen a los usuarios de un hospital que recibe cada día a cientos de personas. El primer autobús que hay para salir del hospital a Vigo es a las 8.10 de lunes a viernes. Hay personal sanitario que sale a las siete de la mañana y deben esperar más de una hora para regresar a casa. Tampoco compensa a ciudadanos que han tenido que acudir a urgencias de madrugada. Durante los fines de semana, la hora de salida se adelanta a las 7.35, mientras que el último autobús a las 22.30 horas.

Los usuarios tampoco se pueden fiar de que se cumplan los horarios. Los autobuses suelen llegar tarde. «Si te fías de la web o de los horarios de la marquesina, posiblemente, llegues tarde a la consulta» advierte Rosa Martínez. Por ejemplo, la línea L6, con los 30 badenes y pasos elevados que tiene que sortear a su paso por las parroquias de Beade y de Bembrive es imposible que llegue a tiempo.

Alrededor de 70 trayectos diarios suspendidos en la pandemia aún no se han repuesto

Alrededor de 70 viajes que fueron suprimidos durante la pandemia todavía no se han repuesto. Por ejemplo, de la línea L24, entre Poulo y Guixar se han suprimido diez trayectos. Anteriormente los buses salían cada media hora y ahora lo hacen cada 68 minutos. La L16, entre Guixar y la calle O Porriño salía cada media hora y ahora lo hace cada hora. La línea C2, entre Guixar y la antigua estación de autobuses fue suprimida por completo, a pesar de que pasa por la nueva Ciudad de la Justicia y tendría viajeros.

Imanol Arnoso, presidente del comité de empresa de la concesionaria, opina que estas líneas deberían recuperarse porque supondría la creación de puestos de trabajo y un mejor servicio a los ciudadanos.

Muchos usuarios están descontentos con el servicio de transporte urbano. Marisa, una pasajera afirma que «no estoy contenta por los trabajadores, porque tienen unos horarios largos, no tienen sus paradas de descanso. Estoy totalmente de acuerdo con ellos en que hagan huelga». Charo Barbosa, otra ciudadana, afirma que tanto el Meixoeiro como el Cunqueiro, por ser hospitales públicos, tienen pocos autobuses de transporte público.

El nuevo contrato también debería tener en cuenta la posibilidad de que los usuarios puedan pagar con tarjeta bancaria o con el móvil, dado que las máquinas de los autobuses ya están dotadas con tecnología wifi. Iría en beneficio de muchos ciudadanos que, de forma inesperada, deben ir al hospital y se dan cuenta de que no llevan efectivo para volver. A los turistas, sobre todo si vienen en familia, les sale muy caro el transporte público de Vigo porque no disfrutan de descuentos.