Julio Prado, el ejemplo de cómo el remo atrapa

Míriam Vázquez Fraga VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

El máximo responsable del Remo Chapela llegó al club hace veinte años y no ha dejado de estar pie del cañón

07 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Julio Prado afirma que «el remo engancha» y él es el mejor ejemplo. Nunca lo ha practicado, pero lleva más de veinte años, desde marzo del 2003, siendo directivo y aficionado del Club de Remo Chapela. Su historia coincide con muchas de responsables de equipos modestos en su inicio: sus hijos entraron a formar parte de la entidad y él fue detrás. Pero su vínculo fue mucho más allá y ya es completamente independiente del de su descendencia el equipo.

El actual presidente se define como una persona muy activa —«no me gusta el sofá», recalca— que en el momento de prejubilarse de su empleo en Telefónica quería tener algo en lo que seguir ocupado. «Lo mío no son las cafeterías ni estar sin hacer nada. Necesito movimiento», insiste. Y su situación personal coincidió con un momento en que la entidad redondelana quería reforzar su directiva, le propusieron entrar a formar parte y se animó. «En el 2004, ya era presidente. Luego estuve de vice ocho años y volví», detalla.

En sus inicios, lo primero en lo que recuerda echar una mano es en los desplazamientos de los chavales para ir a competir a las regatas. «Apoyas en el sentido de controlar los autobuses, la organización de los viajes... Hacía de vocal y en un club como este, de un deporte modesto, hay tareas para todos», añade. De ahí que contar con gente dispuesta a arrimar el hombro sea imprescindible para salir adelante.

A lo largo de los años ha afrontado diferentes tareas que resume de una forma muy concreta: «Intentar solucionar problemas». Y no han surgido pocos. Desde cuestiones de localización, pues se vieron obligados a cambiar de sede cuando se hizo una piscina, a tener que pelearse con los papeleos que llevan aparejadas las subvenciones y demás trámites presentes en la vida cotidiana de cualquier equipo deportivo. «La parte administrativa es la más desagradecida. A veces, ellos trabajan por el libro y así no siempre se solucionan las cuestiones que van surgiendo», lo que da lugar a muchas horas de trabajo y alguna que otra discusión.

Pero los peores momentos son de otro tipo y el último lo tiene reciente: «Me llevé un disgusto tremendo la semana pasada con una descalificación injusta que no tiene fundamento al derecho», comenta. Convencido de que le asiste la razón, espera que el juez único se la dé y les devuelvan «lo ganado en el agua», pero también lo pone como ejemplo de situaciones difíciles de gestionar: «No tienes medios para defenderte. Las normas no dejan margen y se pasa mal, son momentos delicados. Pero hay que levantarse», proclama.

Además, esos sinsabores se compensan con «muchas alegrías» en forma de éxitos deportivos: banderas ganadas, clasificaciones para la Concha, grandes actuaciones en campeonatos de España o el hito actual de ser el único equipo con trainera en Liga A, Liga B y Liga femenina, aparte de su conjunto de veteranos. «Es la primera vez que tenemos cuatro barcos en el mar, y con buenos resultados. Es una satisfacción importante poder estar compitiendo en las tres categorías gallegas», celebra. Su mayor ilusión es «que los chavales hagan deporte y disfruten».

No ha sido fácil llegar hasta donde están y también ha supuesto mucho trabajo extra. Prado asume actualmente, sobre todo, la vertiente financiera de la gestión del Club Remo Chapela. «Me hago cargo del dinero que entra y que sale. Mi formación no es económica, pero sirve para llevar la contabilidad de un club con un presupuesto de 140.000 euros», ahonda.

Cita a un amigo suyo para expresar que «el presidente tiene la última palabra y cuando hay que tomar una decisión, no hay nadie por encima». Eso supone una responsabilidad, especialmente cuando «toca tomar decisiones que no gustan» pero que hay que adoptar. Al mismo tiempo, destaca que cuenta con un equipo de nueve personas donde «cada uno tiene su misión» y la suya es lidiar con los asuntos de patrocinios y subvenciones.

Dice sentirse reconocido por la labor que ha realizado durante todo este tiempo y tampoco oculta que va teniendo la sensación de que el relevo debe darse más pronto que tarde. «Llevo vinculado desde hace veinte años, al pie del cañón sin parar ni un día. Me paso las tardes en el club», cuenta. Pero asume que «el tiempo pasa, los años no perdonan» y necesita un sustituto, pero velará siempre por que ese proceso se haga «con arreglo a las necesidades del club», que cuenta ahora con 170 fichas.

Sin haber remado nunca, no solo es directivo, sino un gran aficionado que cuando deje la presidencia, seguirá gozando de las regatas. Especialmente, de las de Chapela como local. «Se ven desde mi casa y cuando el cuerpo no me permita bajar a la ría, espero disfrutarlas desde allí. Este deporte engancha», proclama. Y, además, le ha dado «la posibilidad de aprender mucho de gente que ha pasado por el club».

Personal

Prado nació en Begonte en 1951, pero se trasladó a Vigo con nueve años y lleva más de dos decenios establecido en Chapela.

trayectoria Forma parte del Club de Remo Chapela desde el 2003 y se plantea el relevo, pero mientras, sigue al pie del cañón dedicando al club varias horas diarias.