«Perdí un viaje a Los Ángeles por comerme una galleta»

d.s. VIGO/ LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

Un joven de Teis se lleva el disgusto de su vida al percatarse demasiado tarde de que se había zampado el premio de un concurso nacional

23 ago 2023 . Actualizado a las 17:42 h.

En el desayuno de Elías Massa nunca faltan las galletas, pero pocas le han sabido tan amargas como la que se comió el pasado mes de junio. «No me di cuenta de que era una galleta premiada con un viaje a Los Ángeles para cuatro personas», comenta. Una vez se percató, no había nada que hacer, pues su vale para una estancia de lujo en California ya atravesaba la digestión dentro de su estómago. «En el momento me puse muy triste», asegura Elías.

Tosta Rica anunció este año una promoción en la que se podía ganar un viaje a Los Ángeles con todos los gastos pagados, pudiendo llevar a tres acompañantes. La única condición era encontrar una galleta con el logo de Warner Bros y subir una foto a la plataforma de la empresa. No valía ni el paquete ni el tique de compra. Cuando Elías sumergió la galleta en la leche, tenía todavía alguna posibilidad de éxito, que desechó completamente cuando pegó el primer bocado.

Elías lleva dos años consumiendo esa marca de galletas y siempre se fija en el diseño. «Vi que la temática de esta nueva caja era de los Looney Toones, que me encantaban de pequeño», comenta. Al encontrarse la galleta del logo de Warner Bros, no sospechó ni un segundo. «Me pareció muy bonita pero me la comí igual», confiesa el joven, que en octubre cumplirá 18. Cuando la curiosidad lo llevó a leer la caja, tomó conciencia de lo que acababa de perder. Llamó de inmediato a su madre, que tampoco daba crédito: «Tiene tanta suerte que ni se entera».

Aunque Elías afirma que, «como a cualquiera», le encantaría realizar ese viaje a Los Ángeles, quien más pena le da es su madre, que cree que habría disfrutado más de esa escapada. El premio incluía también una visita al estudio de Warner Bros Hollywood, con todos los gastos de transporte cubiertos.

Para optar a la recompensa, además de la foto de la galleta era necesario incluir el código alfanumérico impreso en la parte de atrás del dulce. El gran problema al que se enfrenta es que no tiene ninguna manera de probar su descubrimiento, ya que ni el paquete ni el tique le sirven como garantía. «Ni siquiera llamé a Tosta Rica porque no tengo ninguna prueba», comenta Elías.

Pese a que en esta ocasión la suerte no estuvo de su parte, Elías promete que se esforzará en llegar a Los Ángeles por otros medios. Por ahora, continuará estudiando y disfrutando de sus desayunos como siempre, aunque confiesa que se fija más en cada galleta que come.