El bateeiro que sorprendió a C. Tangana

David Sánchez VIGO / LA VOZ

VIGO

El bateeiro de la empresa de turismo Bluscus.
El bateeiro de la empresa de turismo Bluscus. Cedida

La empresa de turismo marinero Bluscus organiza rutas en toda la costa gallega. De sus barcos salieron los drones para la producción del videoclip del himno del centenario del Celta

25 ago 2023 . Actualizado a las 01:58 h.

«Jamás pensé que acabaría en nada relacionado con la pesca», asegura Pablo Mariño. Con un apellido como el suyo, resulta hasta irónico. Lo es todavía más sabiendo que ese apellido es herencia de su abuelo, un pescador de Ribeira. Se puede pensar que Mariño no tenía otra alternativa que acabar cerca del mar, pero siempre a su manera; en vez de ejercer como navegante, se encargó de acercar los oficios de las rías a todo aquel interesado en conocerlos. «Cada uno tiene un compromiso. El mío es mostrar lo que siempre vi», confiesa.

Mariño, natural de Ribeira pero asentado en Vigo, fundó la empresa Bluscus en el 2014 aprovechando un momento en el que el turismo marinero se encontraba en auge. Comenzó a diseñar diferentes rutas en barco por las Rías Baixas, pero pronto su actividad se expandió a toda la costa Atlántica. A día de hoy, Bluscus ofrece actividades en todo el litoral gallego, adaptadas a las características de cada lugar.

La flota de Pablo Mariño cuenta con todo tipo de barcos, desde naves centenarias hasta las lanchas más modernas. Uno de los mayores reclamos es el bateeiro, la embarcación destinada a trabajar en los criaderos de mejillón. Tanto es así que hasta tuvo un papel fundamental en el rodaje del videoclip de Oliveira dos Cen Anos, el himno del centenario del Celta. «El bateeiro sirvió como centro de producción, los drones salieron de la cubierta», comenta Mariño. «Todo el equipo estaba alucinando con el barco, incluso a C. Tangana se le veía muy ilusionado», añade sobre el compositor del tema.

El plan de futuro de Mariño pasa por conquistar nuevos puertos. Antes de terminar el año quiere colocar sus barcos en la costa de Portugal, organizando rutas en embarcaciones tradicionales como el moliceiro, la típica góndola que surca la ría de Aveiro. Además, cree que podría sorprender a sus clientes mostrando las pesqueiras del río Miño. Estas estructuras, que se remontan a la época de los romanos, son un perfecto ejemplo de pesca artesanal y sostenible. Consisten en construcciones de piedra que se colocan estratégicamente en medio del río para poder capturar los peces que siguen las corrientes. «Es el método usado tradicionalmente para la pesca de la lamprea, queremos que la gente conozca también esta parte del proceso», explica Mariño.

Esta técnica está tan inmersa en la historia que ha ascendido a la categoría de arte. Entre las formaciones de piedra se dejan unos pequeños huecos para que las lampreas que van a desovar pasen por los agujeros, encontrándose en unas redes de las que les resulta imposible escapar. Los pescadores van cada noche para comprobar si algún ejemplar cae en la trampa, ya que es el período en el que el animal se desplaza más por el río.

Desde el Miño hacia arriba, el empresario sigue pensando en nuevas oportunidades que explotar. Este año ha diseñado nuevas propuestas, como la escape room marítima que realiza en sus barcos. Este juego, pionero en España, replica el modelo clásico de los juegos de escape. Repartidos en tres equipos, los participantes recorren la ría de Vigo en barco intentando contestar correctamente a todas las preguntas. A medida que aciertan, el capitán los lleva hacia su próximo destino.

Los barcos de Pablo Mariño también llevan a los clientes a conocer de cerca las criaderos de moluscos y las rocas de percebes. Además de incluir degustaciones de los productos a bordo, Bluscus organiza un concurso de MasterChef en el que solo se usan conservas. «Es otra forma de enseñar algo que es muy nuestro», comenta el empresario. Así, nombran ganador al que presente el plato más creativo. Asegura que los turistas se sorprenden mucho al probar los tesoros de la gastronomía local y, aunque los encuentren exóticos, no hay quien se resista a los manjares que salen de las bateas.