Detenido un gallego en Caminha por botar una narcolancha al Miño para cargar un alijo en el Atlántico

Javier Romero Doniz
Javier Romero VIGO / LA VOZ

VIGO

Tramo de la orilla del río Miño en Caminha donde se incautó la nacolancha y se arrestó a dos de los implicados.
Tramo de la orilla del río Miño en Caminha donde se incautó la nacolancha y se arrestó a dos de los implicados. Cedida

La Policía Judiciaria arrestó a otro hombre, de nacionalidad lusa, y disparó al aire al fugarse el resto de implicados en la descarga

04 oct 2023 . Actualizado a las 01:46 h.

La parroquia de Lanhelas, a orillas del río Miño, en el ayuntamiento de Caminha, fue escenario el pasado jueves de madrugada del enésimo episodio relacionado con el narcotráfico con gallegos implicados. Ocurrió pasadas la 3.00 horas. Un grupo de hombres se trasladó en un camión con grúa y otros vehículos desde una nave ubicada a pocos kilómetros. Su intención era botar al agua dulce del Miño una narcolancha de grandes dimensiones y varios motores fueraborda anclados a la popa. La embarcación, situada en la parte trasera del camión, pretendía elevarse para depositarla en el río con la grúa del camión. Pero la aparición inesperada de agentes de la Policía Judiciaria frustró la operativa criminal.

Las personas implicadas no dudaron en escapar de la zona al verse rodeados por efectivos policiales. Algunos huyeron corriendo, y otros en los mismos vehículos en los que llegaron a la orilla del río. Los efectivos policiales, ante la espantada, hicieron un disparo al aire de advertencia para abortar la huida. El balance, en forma de arrestos, implicó a dos personas. Uno nacido en Galicia, y otro natural de Portugal. Uno ejercía de conductor del camión. Lo confirmaron ayer fuentes de la Policía Judiciaria consultadas por La Voz, aunque por ahora no han trascendido las identidades de ambas personas.

La investigación sigue abierta para intentar qué barco, de los que a esas horas del pasado jueves navegaba frente a la desembocadura del río Miño, haría el papel de embarcación nodriza. Porque nadie duda en la Policía Judiciaria que una planeadora de esas dimensiones y potencia solo tenía por finalidad echarse al océano Atlántico para salir al encuentro de un barco nodriza para trasvasar una importante cantidad de cocaína que acabaría en tierra tras consumarse la descarga.

A 7,8 kilómetros del océano

El lugar donde se incautó la embarcación el pasado jueves cuenta con una rampa para descender embarcaciones, y está a 7,8 kilómetros de distancia de la desembocadura del Miño al Atlántico. Es una zona aislada, con poca población y dispersa en viviendas unifamiliares que durante la noche apenas tiene movimiento. Quizá fue eso lo que motivó el operativo policial. Explican en la Policía Judiciaria que los agentes movilizados esa noche seguían a la planeadora y a las personas que la transportaban por un aviso recibido. Aunque no ha trascendido si la alerta llegó por el sospechoso movimiento del camión con la planeadora de madrugada en una zona tan aislada, o existía una investigación previa de recorrido.

Pero más allá del decomiso de la embarcación, y de ambas detenciones, está por ver qué recorrido tendrá el operativo policial. Si la embarcación es de fabricación portuguesa, ninguno. En el país vecino es legal la construcción y uso de estas embarcaciones. A diferencia que en España, que en el 2018 se ilegalizaron tras la aprobación de un decreto ley que precisamente trasladó toda la operativa relacionada con estas embarcaciones a Portugal por la falta de reproche penal que existe.

El pasado abril tuvo lugar otro operativo relacionado con narcolanchas en la orilla lusa del río Miño, cuatro kilómetros rio adentro del vivido el pasado jueves. Se decomisaron ocho planeadoras ya finalizadas y en fase de construcción que se escondían en una nave ubicada en el municipio de Vilanova de Gaia. Las custodiaban tres ciudadanos españoles: dos son vecinos de Vigo y Mondariz, el otro reside en Málaga.