Los trabajadores sancionados sin empleo formaron un piquete en O Marisquiño
22 oct 2023 . Actualizado a las 01:50 h.La suspensión durante dos meses de empleo y sueldo a doce trabajadores de Vitrasa está calentando más la huelga y los ánimos de los empleados de la empresa que tiene la concesión del transporte urbano de Vigo hasta el 2025. Los conductores, que ayer volvieron a protestar en la calle, mantienen un conflicto con la compañía desde diciembre del 2020 ya que la empresa no les actualiza el convenio colectivo. Los sancionados piensan acudir a los tribunales para defender sus derechos por la decisión tomada por la empresa que hace que estos trabajadores vean mermados sus ingresos familiares a las puertas de las Navidades, cuando hay más gastos en todos los hogares. El grupo Avanza ya ha mandado a casa a alguno de estos trabajadores con despido temporal disciplinario y la semana entrante notificarán las cartas al resto con la fecha de entrada en vigor de la falta disciplinaria grave.
La legislación laboral permite que los comportamientos considerados muy graves sean sancionadas con un período de tiempo sin sueldo y empleo de 21 a 60 días. Avanza, dueño de Vitrasa, ha optado por aplicar el baremo máximo de jornadas sin cobrar y ya ha notificado a algunos conductores que durante estos dos meses no recibirán sus nóminas habituales y tampoco tienen derecho a un subsidio de paro y compensación.
Las sanciones durante dos meses se deben a que el comité de empresa y algunos empleados formaron un piquete a las puertas de las cocheras de Vitrasa en la carretera de Camposancos, durante la noche del 11 al 12 de agosto. A las 0.00 horas del día 12 empezaba un huelga que había sido convocada formalmente en tiempo y forma y que era perfectamente legal y que se iba a prolongar durante todo el fin de semana con motivo de la afluencia de millares de turistas y deportistas a Vigo, que celebraba O Marisquiño en un espacio alejado de As Avenidas,
Uno de los que estaba en la puerta de las cocheras a las 22 horas del día 11 de agosto era el vicepresidente del comité de empresa, Manuel Núñez, que recuerda que habían avisado a Vitrasa de que a medianoche no podía salir ningún vehículo porque era la hora de inicio de los paros autorizados por las autoridades laborales. Ese día, Vigo estaba a reventar: miles de adolescentes y no tan jóvenes disfrutaban a tope del festival de O Marisquiño en Samil. El paseo marítimo, los locales de hostelería, los jardines y la playa estaban colapsados por la aglomeración de personas que tenían que volver a casa o a los alojamientos en el centro. A pesar de que la huelga estaba convocada formalmente, la empresa dijo que esa noche tenían que salir tres buses para trasladar al público y a los deportistas. Los huelguistas señalaron que había que cumplir escrupulosamente los servicios mínimos. La empresa llamó a la Policía y, tras una negociación, los huelguistas aceptaron que pudiese salir esa noche un autobús en lugar de los tres que pretendía la compañía. Vitrasa no aceptó y finalmente no salió ninguno a realizar el servicio nocturno. En ningún momento la policía les mando que abandonasen el lugar, según señalan. «Si la policía nos hubiese dicho que nos apartásemos de allí, lo hubiésemos hecho», relata el vicepresidente del comité. Dos meses después les ha llegado la carta de despido temporal.
Manifestación
Los empleados de Vitrasa llevaron a cabo ayer una jornada más de huelga. Unas 300 personas se manifestaron por las calles de Vigo. Durante todo el día apenas salieron 50 autobuses cuando la flota es de 118. La movilización comenzó en el cruce de Urzaiz, denominado popularmente Os Choróns, y fue a pie hasta la Alameda. Los asistentes corearon consignas como «Menos luces e máis autobuses». Apelaron al apoyo de los ciudadanos, que son los principales perjudicados por el conflicto. «Nos da pena pasar a horas punta y ver que hay personas mayores esperando o estudiantes que no pueden coger el autobús porque no nos queda más remedio que hacer paros porque la empresa no atiende las reivindicaciones», señalan los conductores.
Los paros, especialmente en días lluviosos, están provocan dotambién que haya escasez de taxis disponibles para las personas que tienen que moverse por la ciudad.