Tres de los animales robotizados de la compañía La Fiesta Escénica actuarán en el espectáculo circense del Lincoln Center
18 sep 2024 . Actualizado a las 20:06 h.Los osos polares de La Fiesta Escénica, compañía con base de operaciones en Oia y de ámbito internacional, se han desplazado hasta Manhattan para participar en el espectáculo circense más importante de la Navidad de Nueva York. Tres de los seis primeros osos robotizados del mundo del circo, con los que en las Navidades del 2009 la compañía que dirige Abel Martín sorprendió a Europa tras su presentación en Alemania, forman parte del proyecto conjunto que mostrarán al público a partir del mes que viene los circos Big Apple de Nueva York y el Roncalli, que es el mayor de Europa y con el que trabaja La Fiesta Escénica.
El espectáculo se presenta en el corazón de las artes escénicas que es Lincoln Center, el centro cultural más importante de EE.UU. y ya hay varias funciones con plazas agotadas. «Los osos son nuestros animatrónicos más viajeros. Acaban de regresar de Perú y ahora tres se van a Nueva York y otros tres para Bremen», explica el director de la compañía, Abel Martín. Los osos de tres metros de altura, cuya apariencia externa y su gracia de movimientos los hacen adquirir un realismo admirable, han visitado ya más de una veintena de países.
También habían estado antes en Estados Unidos, «pero Manhattan era un sueño para nosotros, especialmente en Navidad, que además es nuestra época favorita y allí celebraremos los primeros 28 años de vida con Roncalli», destaca Martín. Además de alegrar el espectáculo, «los osos nos confirmarán si realmente las luces de Vigo brillan más o menos que las de Nueva York», bromea el artista. Sus plantígrados no hablan, pero sí los tres actores de la compañía que el viernes parten hacia Nueva York para darles vida y que son de Vigo y de Vedra.
Va a ser la primera vez que Sergio Llauger, Tito Zar López y Ánxel Collazo, de 31, 22 y 25 años, respectivamente, crucen el charco. «Es el viaje de mi vida, una aventura que nunca soñé que fuera a vivir porque voy a trabajar en un circo y en Nueva York», dice Sergio. El entusiasmo es compartido «porque son dos meses en el centro de Nueva York y con varias funciones al día». «Aún no soy muy consciente, es todo como una película», apunta Ánxel. Llevan tiempo trabajando con los osos. Ya estuvieron en Mallorca y Perú, pero son 30 kilos del traje «y nosotros somos actores y el oso tiene que enfadarse y respirar en el momento adecuado, así que es un trabajo muy duro». Les toca hasta ponerse a dos pies y bailar la conga durante los quince minutos seguidos que dura su número. Están contentos con el clima, «porque en la feria de abril casi nos morimos con el calor». «Lo más complicado es conseguir que el oso parezca un oso. Hacer que funcione en el escenario y con las luces», explican los actores, que reconocen haberse visto muchas horas de vídeos para aprender.
La Fiesta Escénica dará trabajo esta temporada navideña a más de medio centenar de actores de distintas nacionalidades. También sacará a toda la caballería porque, además de osos, hay rinocerontes, hipopótamos, camellos, osos pardos o caballos animatrónicos. «Cuando el circo dejó de usar animales tuvimos que pensar en alguna alternativa para conservar la esencia de cómo lo concebimos, por ello hicimos los animatrónicos de animales que sí existieron siempre en los circos, para conservar su esencia. El tiempo nos ha dado la razón porque acuden a cientos de representaciones en todo el mundo», señala Abel Martín. El hombre que ama la Navidad no desevla absolutamente nada del Circo Mágico con el que, en breve, iniciarán la gira por Galicia, pero sí avanza que aumentará la familia animatrónica.
«El circo también ha superado la pandemia y ha renacido con mucha fuerza», afirma Martín, que llegó a Galicia desde Argentina con Marta, Marcelo, Pepín y Felipe a Galicia en el 2000 de vacaciones y aquí se asentaron e hicieron crecer la familia. «Siempre digo que a la tierra hay que darle lo que la tierra te da y a mí Galicia me ha dado muchas oportunidades», dice Martín para ratificar su arraigo en Oia, donde la compañía asentó su sede desde que decidieron quedarse en esta comunidad.
Los otros tres osos están a punto también de subirse al avión hacia Alemania. La peculiaridad de su viaje a Bremen es que forman parte del espectáculo que es el buque insignia de la casa dieciséis años después de su estreno, Galtük, un sueño de Navidad, que sigue cosechando éxitos. «Creo que la clave es que es un formato muy ameno y familia», considera su creador. El nombre de Galtük nace de la unión de Galicia y Batukada, la inspiración y el lugar donde nacieron los sueños de la compañía, creada hace casi treinta años por Abel Martín y con una trayectoria que incluye obras como Ekus, Circo de Nadal, Circo Acuático o Cenicienta, con las que han recorrido escenarios de México, Francia, Alemania, Turquía, Portugal, Grecia, Corea y China.