Conductores de Vitrasa abandonan sus vehículos en la parada para incorporarse a la huelga salarial

Autobuses sin servicio estacionados en las paradas después de que el conductor se bajase para sumarse a la huelga de Vitrasa y trayectos de usuarios que tardan dos horas y media en llegar a su puesto de trabajo. Ese es el panorama en un conflicto laboral que se recrudece las puertas de las Navidades. Los trabajadores llevan mas de dos años pidiendo un nuevo convenio y la empresa no lo quiere negociar hasta que el Concello de Vigo aporte más dinero. En este tira y afloja los que están pagando el pato son los viajeros: «Ha llegado el conductor del autobús, se ha bajado y se ha marchado, no sabemos adónde. Nos ha dicho que está de huelga y aquí estamos esperando», asegura Carol Vale, una joven venezolana de 31 años que espera en una parada de la avenida de García Barbón junto a sus compatriotas Nicole, Darys e Irene. «Hemos venido a Cáritas a pedir ayuda. Llevo tres meses en Vigo y estoy buscando trabajo» dice esta esteticista que trabajó en su país en la recepción de centros de belleza y spas.

La huelga de Vitrasa se ha endurecido desde ayer porque la empresa no ha tenido más remedio que acatar la sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. El fallo obliga a que, en los paros parciales, los autobuses que han iniciado el recorrido no pueden seguir circulando cuando llega la hora prevista para interrumpir el trabajo. Ayer los paros fueron de 7.00 a 8.30 horas, de 12.30 a 15.30 horas y 19.00 a 20.30 horas. Los paros también están convocados de 18.30 a 21.00 horas el sábado y el domingo. Los autobuses que no realicen servicios mínimos, en caso de que los conductores secunden la huelga, no circularán desde el inicio de las franjas horarias de paros parciales. Antes sí lo hacían hasta que terminaban el recorrido. Pero hoy no ha sido así. «Me he tenido que bajar del autobús porque el conductor me ha dicho que no circula hasta San Andrés de Comesaña sino que su última parada la va a hacer en la plaza de la Industria», comenta en Urzaiz, Patricia, una vecina de O Porriño que se bajó en la estación de Vialia e intentó coger el bus en Urzaiz para llegar a su trabajo. «Voy a tardar dos horas y media en llegar a mi puesto en un almacén de bricolaje».

---

---

---