«Después de cinco años del accidente de O Marisquiño, sigo teniendo miedo a puentes y ascensores»

VIGO

XOAN CARLOS GIL

Los heridos que han logrado que la Justicia reabra la causa del siniestro, manifiestan su satisfacción ante una nueva oportunidad de ser escuchados

14 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Satisfechos y expectantes. Así se declaran los heridos en el accidente del Festival O Marisquiño a los que la Audiencia Provincial acaba de reconocerles la oportunidad de que sus demandas de una justa reparación de los daños sufridos sean de nuevo examinadas con la reapertura de la causa. La anulación del archivo de sus recursos, dada a conocer ayer por La Voz, es para ellos «por fin, un ejercicio de cordura» en un caso que se arrastra judicialmente desde el 2018 y que han luchado por mantener vivo los ocho heridos que no aceptaron que se pasase página de unas secuelas que aseguran arrastran todavía.

«Después de cinco años del accidente, sigo teniendo miedo a cruzar puentes, utilizar los ascensores o las escaleras mecánicas», aseguraba ayer la joven de Nigrán Andrea Mesías, una de las heridas que recurrió el archivo de la causa decretado en enero por el juzgado de Instrucción número tres de Vigo. El efecto del colapso del muelle de As Avenidas en la clausura del festival urbano le obligan a seguir terapia para intentar superar las fobias generadas en el suceso en el que resultaron afectadas de distinta consideración 467 personas. Andrea ha tenido que recurrir desde el 2020 a la ayuda profesional de un psicólogo privado, dado que en el sistema público la demora entre citas le impedía avanzar. «Con lo que me ofrecían de indemnización las aseguradoras no tenía ni para empezar», dice respecto a las cantidades que las pólizas del Ayuntamiento de Vigo y el Puerto propusieron a los afectados.

Ella espera ahora que la revisión de su demanda, y la de los otros heridos que no han cejado en sus reclamaciones, se atiendan y se valoren con equidad con los análisis forenses que sean precisos. «Eso es lo que queremos, que se vea todo con objetividad, y en el caso de mi hija, que se asuma que en la valoración de su caso hubo un error, que por un fallo de transcripción se equivocó una fecha y en lugar de fijar el origen de sus heridas en el 2018 se puso un año más tarde. Un error evidente pero que hasta ahora no se ha reconocido», señala Marcos Ledo, padre de la compostelana Cristina Ledo a la que le fueron concedidos 30 días de indemnización en lugar de los 402 requeridos para su curación. Una rehabilitación que en todo caso aún no es completa. «Le sigue doliendo la pierna algunos días», certifica su progenitor. La joven tuvo que ser sometida a intervenciones de cirugía estética al clavarse sus propios dientes en el mentón al caer al vacío sobre los restos del muelle. La pierna, la que cinco años después le sigue recordando la escena en la que los tablones le impedían salir del agua, requirió infinidad de sesiones de fisioterapia, costeadas como en el caso de Mesías, por la propia familia. «Hoy estamos contentos, esperanzados en que se haga justicia, que se repare un simple error de fechas que no se ha querido subsanar, y se reconozca que lo que ocurrió en Vigo aquella noche, a mi hija y a otros jóvenes, les ha causado unos traumas que para superarlos han necesitado de terapias y exposiciones personales que nunca son ni fáciles ni asequibles», apunta Marcos Ledo.

Fobias diversas

«Cuando se junta mucha gente me surgen pensamientos extraños, no puedo evitar pensar que pueden suceder cosas, y lo mismo me ocurre en sueños», relataba cuando se rechazó sus recurso Alejandro, otro de los afectados a cuya representación legal se le dará la oportunidad de volver a plantear sus reclamaciones, tal y como ha dictaminado la Audiencia Provincial corrigiendo al tribunal de instrucción vigués. En su caso, también tuvo que acudir a la atención privada para tratar de remontar los miedos creados desde que vivió como se le venían otros espectadores del concierto final de O Marisquiño encima, y también un contenedor que estaba en el recinto musical. «Yo estaba inmovilizado, pisando a los que estaban debajo y viendo como una señora tenía el cuello retorcido. Lo pasé bastante mal», contaba en su valoración del anterior archivo de la causa.

Ledo entiende que la revisión de las demandas planteadas por los ocho heridos que no se conformaron con el ofrecimiento de las aseguradoras, «es una oportunidad de marcar un precedente ante situaciones futuras en las que pueda volver a surgir heridos o afecciones mayores en una concentración de ocio de cualquier tipo. Si fuera un acto exclusivamente organizado y diseñado por una empresa privada la resolución del caso habría sido otra, pero al haber instituciones públicas de por medio... ya se sabe», considera el padre de una de las jóvenes recurrentes. «Desgraciadamente no se mide de igual manera a todo el mundo ni la Justicia es igual en todos los casos», concluye.