La transformación del naval vigués: barcos menos contaminantes, más veloces y de lujo
VIGO
El yate Renaissance, un oceanográfico encargado por EE.UU., el primer ferri eléctrico de España y las patrulleras para combatir el narcotráfico en Gibraltar marcan los hitos del sector en el año que acaba
02 ene 2024 . Actualizado a las 01:25 h.Es momento de transformación y de abrazar nuevos mercados. El naval vigués perdió hace muy poco a sus dos astilleros de referencia, Barreras y Vulcano, que sembraban permanentemente de carga de trabajo y oportunidades a todo un sector en torno a la ría y para el que trabajan cerca de 9.000 personas, la mayoría en empresas auxiliares. Tocaba recomponerse. Freire Shipyard y Armón se han convertido en los grandes players de esta década y a su lado también hay factorías más pequeñas que están anclando a Vigo a uno de sus principales motores, como es el de la construcción de barcos. La cartera de pedidos de medianos y pequeños astilleros en este 2023 ha permitido marcar auténticos hitos que son reflejo de la forma en que el naval se abre camino para continuar siendo un referente para empresas e instituciones de medio planeta.
Este año, la industria naval del lujo torció su mirada y la posó sobre la ría de Vigo gracias al Renaissance, el mayor barco de su categoría construido nunca en gradas españolas, el yate de alquiler más caro del mundo, según la agencia Burgess. Freire Shipyard dedicó dos años a su puesta a flote, además de un equipo de más de 600 integrantes. El yate despidió Galicia en otoño, imponente con sus 112 metros de eslora y dibujando la estela de la obra más icónica entregada en la ría desde la pandemia.
En el arranque del ejercicio, el mismo astillero entregó el Falkor (Too) a la fundación oceanográfica Schmidt Ocean Institute, de California. Era la primera vez que Estados Unidos confiaba a un astillero foráneo la transformación (y construcción) de un buque de investigación marina. En el astillero vigués reconvirtieron el Polar Queen, un buque off shore que servía a la industria petrolera, en un buque dedicado al descubrimiento del fondo marino y su cuidado medioambiental. Paradigma de los nuevos tiempos.
Ahora, en el astillero ultiman el David Packard, también diseñado para la ciencia oceanográfica y bautizado en honor al fundador de HP, quien después de fundar la compañía informática se involucró con los océanos y abogó por enviar instrumentos al fondo del mar y no personas. Su armador es el Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterrey (MBARI), en Estados Unidos.
El hito del astillero Armón refleja la forma en que el naval vigués enfrenta el enorme reto de la descarbonización. El pasado mayo, entregaron a Balearia el Cap de Babaria, el primer ferri eléctrico de España. Está diseñado para ser silencioso y reducir su impacto acústico en una zona de protección natural como son las islas Baleares, donde opera, entre Ibiza y Formentera. La embarcación no genera emisiones contaminantes en puerto (en entradas ni salidas ni estancias en el muelle) porque está equipada con un sistema de baterías eléctricas que se recargan durante la travesía y permiten reducir hasta un 80 % los gases de efecto invernadero. En las gradas del mismo astillero avanzan ahora en la joya de la oceanografía española, el Odón de Buen. Representará un salto cualitativo para el brazo de investigación marina del CSIC porque navegará entre 200 y 300 millas náuticas.
Por lo que representa para la industria naval de esta ciudad, también ha sido un hito el primer barco construido en el nuevo Barreras, dirigido por Armón y denominado oficialmente Ría de Vigo. El pasado agosto, culminaron el Erin Bruce II, un pesquero diseñado para la captura de vieira a cargo de la armadora argentina Wanchese. La relación resultó incluso más icónica por tratarse de una empresa del grupo Cooke, el conglomerado canadiense que se interesó en la compra de Nueva Pescanova, pero que finalmente se echó atrás.
Al otro lado de la ría, Aister forjó otro ejercicio reseñable. El astillero de Moaña, especializado en la construcción en aluminio, entregó el pasado febrero una patrullera de intervención policial ultrarrápida, la Río Flumen. La embarcación, capaz de alcanzar los 60 nudos, está diseñada para combatir un mal endémico en el estrecho de Gibraltar como es el narcotráfico. En verano, incorporaron una lancha gemela en Huelva. En este ámbito, el astillero Rodman también activó este año la construcción de varias patrulleras de alta velocidad para que Aduanas persiga esta lacra.
Otra proeza es la que alcanzó el pequeño astillero Seadrone. Su modelo no tripulado Sead 23 participó el pasado abril en un despliegue de la Armada en el mar Mediterráneo. Consiguieron que esta embarcación se integrase en el mundo de la tecnología 5G, otro hito en el ámbito de las comunicaciones en alta mar.