Un vigués desarrolla un sistema para que los contenedores que caen al mar floten y se localicen

Alejandra Pascual Santiago
alejandra pascual VIGO / LA VOZ

VIGO

Carlos Freire trabaja ahora en EE.UU. para la America?s Cup.
Carlos Freire trabaja ahora en EE.UU. para la America?s Cup. C

Carlos Freire está al frente de COBS, la empresa que impulsa una plataforma para que clientes y navieras ubiquen los envíos

21 ene 2024 . Actualizado a las 00:56 h.

«Lo que yo ofrezco es una herramienta de contención», explica Carlos Freire, el vigués que ha puesto en marcha Cobs, un proyecto que aplica la tecnología al tradicional sector del transporte marítimo para fortalecer las cadenas de suministro y fomentar el cuidado medioambiental de los océanos. El ingeniero industrial propone una solución para los 1.500 contenedores que se caen al mar cada año (cuatro de media al día), según la asociación World Shipping Council, y aliviar así las mareas de plásticos o la contaminación derivada de cargas comprometidas con las que se saldan, en ocasiones, este tipo de accidentes.

Carlos Freire ha tomado prestada la expresión inglesa que advierte de la caída de un hombre al agua para bautizar la empresa que fundó durante la pandemia con el apoyo del fondo de capital de Puertos del Estado, dentro del programa Puertos 4.0. Cobs toma las iniciales de «container overboard system». Básicamente, este ingeniero vigués pone al servicio de los agentes del transporte marítimo un sistema que localiza los contenedores a lo largo de la travesía y asegura su flotabilidad. «Cuando se cae alguno de ellos se activa una alarma y se despliega una fórmula de seguimiento y posicionamiento», explica sobre la primera de las funcionalidades de Cobs. Esto sería posible mediante vía satelital, pero Freire piensa incluso en la tecnología más reciente que emplea satélites de baja altura («como los de Elon Musk», NB-IoT) «y que ofrecerá conectividad, también en alta mar, a muy bajo coste».

Infografía del proyecto.
Infografía del proyecto. C

En cuanto a la técnica empleada para impedir el hundimiento de los contenedores, Freire, junto con el Instituto de Ciencia e Innovación en Ingeniería Mecánica e Industrial de Oporto, plantea «dotar al contenedor de un airbag que se activa cuando cae al agua».

De media, los contenedores pueden soportar 25 toneladas de carga. «Sabíamos que era un reto complejo el de equipar al contenedor con una especie de megaflotador para que se mantenga en la superficie. Pero hemos comprobado que incluso aunque se llene de agua por llevar en su interior una carga pequeña, pero pesadísima, sí que podría evitarse su hundimiento», analiza. En primera instancia, el ingeniero establece el de las cargas sensibles y peligrosas como el principal nicho de mercado para evitar accidentes e impactos sobre los ecosistemas marinos. Cobs propone además una plataforma para que el cliente, el responsable del envío o la naviera realice el seguimiento de la carga y se les notifique en caso de pérdida.

M.MORALEJO

Arranque

«Arranqué este proyecto casi por casualidad en el 2020. Leí en las noticias que un portacontenedores había perdido 1.600 cargas y pensé: ‘¿Y ahora qué’». Descubrí la magnitud del problema y que los agentes marítimos no estaban obligados a reportar estas caídas a no ser que se tratasen de mercancías peligrosas», describe. Así fue cómo Carlos Freire, apoyado por la Universidad de Vigo y Sherpa do Mar, puso en marcha este proyecto que más tarde también respaldaría la red de puertos estatal e incluso la Unión Europea. «Trato de hacer frente a tres problemas derivados de este tipo de accidentes: ruptura en la cadena de suministro, la falta de seguridad en la navegación y el impacto en el medio ambiente que producen estas pérdidas».

Carlos Freire agradece que cada vez haya más organismos que estén concienciando en este sentido, como la Organización Marítima Internacional, que ya reconoce los contenedores como basura marina y analiza la obligatoriedad de notificar las caídas al mar y que se localicen las estructuras perdidas.