María Araújo, tras su reaparición: «Estoy sin miedos y tranquila; lo demás llegará solo»

MÍRIAM V. F. VIGO / LA VOZ

VIGO

EUROLEAGUE WOMEN

La baloncestista viguesa debutó con el Çukurova turco tras once meses parada por lesión

01 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

María Araújo está de vuelta. Un mes después de incorporarse al Çukurova turco, la baloncestista viguesa pudo vivir en Euroliga sus primeros minutos tras estar once meses parada por lesión. Sufrió por segunda vez la rotura de ligamento cruzado de la rodilla derecha en marzo del 2023, dos años después de la primera vez que le había ocurrido. Pero eso queda ahora atrás. «Las sensaciones fueron muy buenas. Pensé que sería un poquito más difícil sentirme cómoda, pero fue todo muy bien. El club me había dado confianza y tranquilidad», cuenta.

El partido, ante el Praga, estaba marcado para su reaparición. No se jugaban nada —acababan segundas de grupo sí o sí— y era justo antes de un parón, con lo que se trataba del mejor escenario posible. «Aunque llevo un mes, estaba programado que fuera en este partido y el club respetó los plazos de mi equipo médico de España. Para mí, era muy importante poder empezar en un partido sin presión, en el que no importaba el marcador, y simplemente disfrutarlo», cuenta.

Este regreso ha resultado «bastante diferente» que al que vivió tras su primera rotura. «Me sentí mucho más segura y tranquila de lo que había hecho hasta ahora», señala. Además, a nivel físico, se encontró bien, sin que apareciera el cansancio, y con sensaciones «muy buenas» en cuanto a la rodilla. Lo que no quita para que le quede mucho para alcanzar su mejor versión. «No creo que llegue al 50 %. Hasta coger esa confianza y fluidez, necesitas partidos y rodaje. Me faltan cosas, pero después de tanto tiempo parada, puedo estar bien satisfecha. Estoy contenta, sin miedos, tranquila y lo demás irá llegando solo».

Se propone escuchar a su cuerpo e ir despacio, con la motivación de ir dando nuevos pasos. «Igual lo único bueno que se puede sacar de esta etapa es que ves la mejoría de forma clara, cuando en dinámica de grupo, igual no lo notas tanto», analiza. En ese sentido, su primera aspiración era poder jugar este primer partido y «lo siguiente será encajar dos en la misma semana, pequeños retos que te vas marcando».

Más grande es el reto de pensar en el regreso a la selección y en los Juegos Olímpicos, a los que no renuncia. «Tengo que ir día a día y no pensar a largo plazo, porque sería un error. Me han dicho que, si estoy bien, me darán la opción de entrenar en verano y si estoy preparada, las puertas están abiertas», señala. Ella quiere continuar el proceso yendo a lo suyo, pero con la ilusión de la cita olímpica en el horizonte. «Soy una persona de luchar hasta el final por todas las oportunidades. Quedan meses y creo que puedo estar preparada. Si Miguel (Méndez) me da la opción, la cogeré y a por ella», cuenta sobre el seleccionador, con el que tiene contacto y que se ha interesado por ella en todo momento.

Aunque ya sabía por su experiencia en Polonia que «siempre que te vas fuera de España, necesitas un tiempo de adaptación», este proceso también está yendo muy bien. Está a gusto en una ciudad con mar, se siente «muy cuidada» y muy bien recibida en el club y no tiene ninguna pega que poner. «Hablamos inglés, pero en el Girona, la haber tantas extranjeras, también era lo habitual. Y los horarios son distintos, pero en eso somos los españoles los ratos», comenta.

Por lo demás, la rutina sigue siendo la misma de cualquier deportista de élite: «Fisio, gimnasio, entrenar y tiempo libre par tomar un café, dar un paseo o comer con las del equipo». En cuanto al baloncesto en Turquía, señala que «es más físico, más rápido y no tan táctico; a nivel de contactos y faltas, los árbitros permiten mucho más, es similar a la Euroliga, con más contacto y más rápido, pero baloncesto, al fin y al cabo», zanja.

La apuesta por Turquía

El Çukurova llevaba casi dos años tratando de fichar a Araújo. Antes de la lesión, le había hecho una oferta y una vez que sufrió este percance, le transmitieron que volverían a contactar cuando ella estuviera cerca de reaparecer, y lo hicieron. «Que te ofrezcan dos años y medio de contrato en estas circunstancias es que confían. Me he tenido que ir lejos, pero es el club que realmente apuesta por mí, aparte de ser uno de los grandes», comenta al tiempo que confiesa que nunca ha visto en España unas instalaciones del nivel de las que ahora disfruta. «A nivel físico y médico, también era importante para mí contar con buenos medios y eso me ayudó a decantarme».

Pero el sí a esta opción suponía la negativa al Celta, su club de formación, que también quería contar con ella. «Hablé con Cris (Cantero) que cuando lleguen los últimos partidos, pueden estar jugándose la categoría y yo necesitaba un ambiente en el que la parte emocional no me supusiera más que la racional», apunta. Y lo ejemplifica de forma clara: «Si vuelvo a jugar para el Celta, si es a vida o muerte, quiero jugarlo a muerte, y la rodilla igual no me lo permite. Era ponerme en una situación comprometida de igual querer dar más de lo que puedo», analiza.

En el club vigués lo entendieron a la perfección, así como que una opción de Euroliga saliendo de lesión grave era irrechazable. Las puertas siguen abiertas por las dos partes de cara a encontrarse en el futuro.