
La viguesa acaba de proclamarse campeona de España de squash y de alcanzar su mejor puesto en el ránking internacional
14 feb 2024 . Actualizado a las 09:17 h.Marta Domínguez (Vigo, 2001) cumplió el domingo uno de sus grandes objetivos: ser campeona de España de squash por segunda vez. Poco después, recibió la noticia de que ha alcanzado su mejor posición en el ránking mundial. Vive su tercer año compitiendo a nivel profesional en el circuito internacional, donde sigue dando pasos, ya con la vista puesta en Los Ángeles 2028, la edición de los Juegos en que su disciplina será olímpica por primera vez.
—¿Qué significado tiene este segundo título nacional absoluto?
—Era uno de los objetivos que teníamos este año. Es verdad que la máxima rival, que era Cris (Gómez), estaba lesionada, pero yo venía de varios viajes, llegué el jueves por la noche y no estaba en las mejores condiciones. Todos me veían como favorita y sentí esa presión, era una responsabilidad. Me hacía mucha ilusión disputarlo en Santiago, con mi familia, amigos y todo mi equipo, algo que nunca tengo, porque viajo sola. El campeonato de España es un objetivo siempre, pero si es tu casa, es aún más especial.
—¿Qué tal ha gestionado esa presión de ser la favorita?
—En semis, me pasó factura. Llegué allí y todo el mundo daba por hecho que iba a quedar campeona por el nivel al que estoy compitiendo, pero los partidos hay que ganarlos y hay que demostrarlo. Me pesó la responsabilidad y ese partido se me pudo haber complicado mucho. Me sirvió como aviso para estar más atenta, centrada y focalizada.
—También tenía el aviso de haber caído en la final el año anterior
—Sí, perdí 3-2 con Cris una final superigualada y tenía ganas de quitarme esa espina. Había sido un partido duro y no es que me hubiera llevado una decepción, pero sí me había fastidiado mentalmente, porque lo habíamos preparado mucho.
—¿Este triunfo tiene un sabor diferente al primero?
—Todos los especiales y saben igual. Hay que disfrutar cada uno, porque no sabes cuándo se va a repetir. Ganar siempre te da felicidad y sabe bien, pero quizás el primero fue especial porque venía de una lesión larga de rodilla y no sabía cómo estaba realmente.
—¿Cómo se desarrolló el torneo?
—Tuve la suerte de ser cabeza de serie y al retirarse la rival, no tuve que jugar el viernes. Gané 3-0 los cuartos a una chica de Barcelona; luego, en semis, a Icía Riveiro, también de Vigo, en ese partido con un primer juego igualado y que pude resolver. En la final, pese al 3-0, también hubo momentos igualados que supe controlar y manejar bien. Pude estar más sólida y concentrada y me lo llevé.
—Ha incidido mucho en la importancia de tener a su gente cerca.
—Justo ahora me voy a viajar otra vez sola, no viene nadie conmigo, nunca tengo esa suerte. Sobre todo, en momentos en los que vas perdiendo o cuesta más, hace muchísimo. En Santiago estaban toda mi familia, amigos con pancartas y camisetas hechas por ellas y mi equipo. Miguel Novegil, Juan Simal y Anxo Graña son muy importantes en mi día a día, pero no pueden viajar. Te da fuerza girarte y que estén ahí. Fue un privilegio ganar en Santiago.
—Y ahora, rumbo a Estados Unidos de nuevo.
—Sí. Tuve un día para celebrar, pero hay que darle importancia a cada cosa y me da confianza y fuerza para los próximos viajes, que se me hacen duros.
—¿Está satisfecha con su rendimiento en el circuito internacional?
—Sí, estoy contenta. Acaba de salir el nuevo ránking y fue otra alegría, porque estoy en el puesto 60, que es el mejor para mí hasta ahora, pues había estado en el 61. Estoy participando en torneos grandes y jugando partidos de tú a tú a chicas del top-30. En los últimos torneos, perdí algunos partidos por pequeños detalles. Se va viendo un progreso en mi juego, acercándome al nivel de estas rivales.
—¿Cómo ha evolucionado?
—Cuando era júnior, tiraba más de la parte técnica que de la física, pero desde hace cuatro años, hago un trabajo brutal con Anxo Graña. A veces, no sale el plan de juego ofensivo que quieres y hay que ponerse el mono de trabajo, defender y correr. Es importante tener más herramientas para sacar el partido adelante.
—¿Tiene en mente los Juegos de Los Ángeles 2028?
—Es lo que más ilusión me haría. Siempre digo que ni lo soñaba, porque no era un deporte olímpico. Pero ahora es un objetivo que me encantaría, para mí, es lo más que te puede pasar como deportista. No quiero pensarlo a diario, pero está presente.